L D (EFE) Tras una junta extraordinaria que se prolongó durante cuatro horas, un 64,83 por ciento de los accionistas del Abbey presentes y quienes delegaron su voto apoyaron la OPA del Santander, mientras que un 35,17 por ciento se manifestaron en contra. Esto supone que un 94,6 por ciento del capital votó a favor frente a un 5,4 por ciento que se opuso. Emilio Botín sólo necesitaba el respaldo del 50 por ciento de los accionistas presentes o representados, o el 75 por ciento del capital.
La operación ha tenido el viento a favor desde el comienzo, pues fue aprobada por la Comisión Europea, no tuvo contra-ofertas de otros bancos pese a algunos amagos y los reguladores británicos señalaron el miércoles que, por el momento, no apreciaban "impedimentos materiales".
A pesar de todo, la sesión contó con críticas de varios accionistas al consejo directivo de Abbey, que acordó el 26 de julio la venta de esta entidad al Santander a cambio de 13.400 millones de euros en metálico y acciones. Este último aspecto no ha gustado demasiado a muchos pequeños inversores que, una vez se complete la operación el 12 de noviembre, pasarán a poseer títulos de la entidad española.
Durante su intervención inicial, el presidente de Abbey, Terry Burns, fue interrumpido por varias ocasiones por un accionista descontento y tuvo que ponerse a la defensiva ante el ambiente general. Lord Burns consideró que el Banco Santander "puede acelerar y extender" los planes de expansión en el mercado británico, que ya habían puesto en marcha el actual consejo porque las "bases están en su sitio".
También recordó que esta operación permitirá crear el décimo banco del mundo en capitalización bursátil y el cuarto de Europa y aseguró a los accionistas que "ofrece valor y certidumbre". Por el acuerdo, el Santander pagará a los accionistas de Abbey un título del banco español (cotizaron ayer a 8,33 euros), además de un dividendo extraordinario de 25 peniques (0,378 euros), al que se sumará uno ordinario de 6 peniques (0,09 euros) del banco inglés.
Una compra con muchas críticas pero sin oposición visible
Pese a las especulaciones en la prensa inglesa, al final ningún banco británico optó por presentar una contra-OPA a la oferta del Santander y el único que hizo un amago, el HBOS, finalmente no la plasmó en la práctica en interés de sus accionistas. La unión del Santander Central Hispano (SCH) y el Abbey National convertirá a la entidad española en el octavo banco del mundo en capitalización bursátil, con más de 52.200 millones de euros en activos.
El Santander espera completar la compra de Abbey el 12 de noviembre y expandir así su negocio en el rentable mercado británico, mediante la aplicación de un plan de ahorro de costes en un banco que en los dos últimos ejercicios registró pérdidas. El objetivo es neutralizar los riesgos de su negocio en América Latina y consolidar la estrategia de expansión que ha llevado a cabo Emilio Botín desde que preside el Grupo Santander, siempre basada en compras y nunca en fusiones.
Abbey al Santander aportará una capitalización de 12.482,70 millones de euros, 18 millones de clientes, 741 sucursales y casi 26.000 empleados, aunque el Santander ha señalado que recortará unos 3.000 puestos de trabajo.