(Libertad Digital) El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, ha ofrecido este viernes una conferencia en el Forum Europa, donde hizo un balance negativo del Gobierno del PP. No obstante, hay que destacar que Llamazares reconoció el crecimiento económico pero criticó el desequilibrio social.
Llamazares cree que la política económica de Aznar ha supuesto más empleo y más crecimiento –aunque matizó que no de calidad– y esto ha provocado que el PSOE "asuma la premisa de no criticar, de que hay que dar garantías de que la política económica va a ser la misma y que no habrá ningún tipo de alianza que la ponga en riesgo", según informa EFE.
Así, el líder comunista dijo no comprender la postura socialista de sumarse a las propuestas "de centro" o de considerar "incompatible una política moderada de izquierdas" con los compromisos adquiridos con la movilización social contraria al PP". Sin embargo, Llamazares también quiso dejar claro que su formación no aboga por un cambio radical en política económica. "Nosotros apostamos por el desarrollo y la redistribución socialdemócrata; no aspiramos a que cambie radicalmente la situación política y económica, pero sí a propuestas para cambiar los factores más negativos de la política del PP", dijo.
El líder de IU aseguró que el crecimiento económico de esta etapa ha sido en base a la "precariedad laboral, los salarios bajos y la existencia de un estado social con presión fiscal débil sobre las rentas de capital y escasa preocupación ecológica en las políticas industriales". Dijo que estos son algunos motivos de la "huida" generalizada de empresas multinacionales hacia otros países porque, según su teoría económica, "si seguimos compitiendo en el margen de la precariedad del empleo y poca innovación, siempre habrá otro país que ofrezca lo mismo a la baja".
Llamazares –que defendió los boicot a esas empresas como "llamada de atención" siempre y cuando no demuestren razones objetivas para cerrar–, pidió que se modifiquen las causas de rescisiones de contratos, que se disuada a las empresas de marcharse con la exigencia de recolocar a la plantilla o que se impida el dumping (venta con pérdidas) fiscal a nivel europeo para no "fragilizar" el empleo y la situación económica.
Llamazares cree que la política económica de Aznar ha supuesto más empleo y más crecimiento –aunque matizó que no de calidad– y esto ha provocado que el PSOE "asuma la premisa de no criticar, de que hay que dar garantías de que la política económica va a ser la misma y que no habrá ningún tipo de alianza que la ponga en riesgo", según informa EFE.
Así, el líder comunista dijo no comprender la postura socialista de sumarse a las propuestas "de centro" o de considerar "incompatible una política moderada de izquierdas" con los compromisos adquiridos con la movilización social contraria al PP". Sin embargo, Llamazares también quiso dejar claro que su formación no aboga por un cambio radical en política económica. "Nosotros apostamos por el desarrollo y la redistribución socialdemócrata; no aspiramos a que cambie radicalmente la situación política y económica, pero sí a propuestas para cambiar los factores más negativos de la política del PP", dijo.
El líder de IU aseguró que el crecimiento económico de esta etapa ha sido en base a la "precariedad laboral, los salarios bajos y la existencia de un estado social con presión fiscal débil sobre las rentas de capital y escasa preocupación ecológica en las políticas industriales". Dijo que estos son algunos motivos de la "huida" generalizada de empresas multinacionales hacia otros países porque, según su teoría económica, "si seguimos compitiendo en el margen de la precariedad del empleo y poca innovación, siempre habrá otro país que ofrezca lo mismo a la baja".
Llamazares –que defendió los boicot a esas empresas como "llamada de atención" siempre y cuando no demuestren razones objetivas para cerrar–, pidió que se modifiquen las causas de rescisiones de contratos, que se disuada a las empresas de marcharse con la exigencia de recolocar a la plantilla o que se impida el dumping (venta con pérdidas) fiscal a nivel europeo para no "fragilizar" el empleo y la situación económica.