L D (EFE) Las subidas aprobadas este viernes son inferiores a las adelantadas el pasado 9 de diciembre en el Congreso por el secretario de Estado de Energía, José Folgado: 1,6 por ciento las domésticas y 1,7 por ciento las industriales, con una media del 1,66 por ciento.
Las subidas fijadas para el próximo año han tenido en cuenta los criterios de la CNE sobre la evolución final de la demanda en 2003. La patronal eléctrica Unesa restó "relevancia" a este hecho y señaló que esa variación responde a "un ajuste de naturaleza técnica" por la evolución de la demanda.
El ministro de Trabajo y portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, destacó que los consumidores domésticos pagarán en 2004 un 14 por ciento menos que en 1996 en términos nominales y un 36 por ciento menos en términos reales. Mientras que las industrias pagarán un 7,5 por ciento menos en términos nominales y un 29 por ciento menos en términos reales. En conjunto, los precios de la energía eléctrica han bajado en ese periodo un 18,5 por ciento en términos nominales y un 35 por ciento en términos reales.
Las tarifas de acceso a las redes de transporte y distribución subirán un 1,6 por ciento en 2004, mientras que los derechos de acometida, enganche y verificación se incrementarán un 1,54 por ciento. En cuanto a los alquileres de equipos, las tarifas se mantienen de acuerdo con el informe elaborado por la CNE.
El Real Decreto aprobado incluye una partida de 50 millones de euros destinada a mejorar las redes de distribución eléctrica en las zonas con menores índices de calidad o con mayor crecimiento de la demanda. La cantidad destinada a retribuir la actividad de transporte aumentará también un 10,7 por ciento, lo que equivale a 80 millones de euros.
El Real Decreto incluye también una partida de 10 millones de euros para incentivar la eficiencia y el ahorro energético. Teniendo en cuenta todas estas partidas, el Gobierno calcula que los ingresos medios del sector crecerán el próximo año un 1,72 por ciento.
La metodología de tarifas elaborada por el Gobierno a finales de 2002 establece una subida media del 1,4 por ciento en el periodo 2003-2010, con un límite máximo del 2 por ciento, que es el objetivo de inflación del Banco Central Europeo (BCE).