LD (EFE) Estas son algunas de las principales conclusiones del libro editado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), "La sociedad española tras 25 años de Constitución", que dedica un capítulo a analizar "El derecho al trabajo y la igualdad de la mujer".
En 1970, la participación femenina en el mercado laboral era muy reducida, ya que sólo trabajaban el 23,3 por ciento de las mujeres, frente al 79,6 por ciento de los hombres, debido a una cultura social que delegaba en la mujer las tareas domésticas, lo que, a su vez, contribuía al bajo nivel de estudios del colectivo.
No obstante, la situación ha cambiado y mientras que en 1978 sólo el 28,1 por ciento de las mujeres se definía como persona activa (desde el punto de vista del mercado laboral), esa cifra alcanza actualmente al 42,3 por ciento. Según el INE, ese aumento de la tasa de actividad femenina obedece principalmente al aumento de la participación laboral de las mujeres casadas, ya que en la década de los setenta la tasa de actividad de las solteras y los hombres estaba bastante pareja.
En los últimos veinticinco años también se han producido cambios significativos entre las personas mayores, especialmente de los mayores de 55 años, colectivo en el que, en 1978, el 27,5 por ciento estaba activo, mientras que en la actualidad ese porcentaje se reduce al 17,2 por ciento. En lo que respecta a la distribución por asalariados, el INE explica que de los 16,4 millones de ocupados que hay en España, el 81,2 por ciento son asalariados, frente al 70,7 por ciento registrado en 1978. Sin embargo, los empresarios sólo han aumentado desde 2,5 millones en el año de la Constitución hasta 2,7 millones contabilizados el año pasado.
Sin embargo, lo más destacable entre los asalariados es el tipo de contrato, ya que, según el INE, de los 4,8 millones de empleos adicionales existentes en 2002, aproximadamente la mitad tiene un empleo de duración indefinida y la otra mitad, concretamente, 2,4 millones, tiene un contrato temporal. Según este organismo, entre 1987 y 2003, "el crecimiento de los contratos temporales es de muy superior importancia que el de los indefinidos puesto que, en el primer caso se ha registrado un incremento del 146,5 por ciento, frente al aumento del 34,7 por ciento que han registrado los contratos de duración indefinida".
En 1970, la participación femenina en el mercado laboral era muy reducida, ya que sólo trabajaban el 23,3 por ciento de las mujeres, frente al 79,6 por ciento de los hombres, debido a una cultura social que delegaba en la mujer las tareas domésticas, lo que, a su vez, contribuía al bajo nivel de estudios del colectivo.
No obstante, la situación ha cambiado y mientras que en 1978 sólo el 28,1 por ciento de las mujeres se definía como persona activa (desde el punto de vista del mercado laboral), esa cifra alcanza actualmente al 42,3 por ciento. Según el INE, ese aumento de la tasa de actividad femenina obedece principalmente al aumento de la participación laboral de las mujeres casadas, ya que en la década de los setenta la tasa de actividad de las solteras y los hombres estaba bastante pareja.
En los últimos veinticinco años también se han producido cambios significativos entre las personas mayores, especialmente de los mayores de 55 años, colectivo en el que, en 1978, el 27,5 por ciento estaba activo, mientras que en la actualidad ese porcentaje se reduce al 17,2 por ciento. En lo que respecta a la distribución por asalariados, el INE explica que de los 16,4 millones de ocupados que hay en España, el 81,2 por ciento son asalariados, frente al 70,7 por ciento registrado en 1978. Sin embargo, los empresarios sólo han aumentado desde 2,5 millones en el año de la Constitución hasta 2,7 millones contabilizados el año pasado.
Sin embargo, lo más destacable entre los asalariados es el tipo de contrato, ya que, según el INE, de los 4,8 millones de empleos adicionales existentes en 2002, aproximadamente la mitad tiene un empleo de duración indefinida y la otra mitad, concretamente, 2,4 millones, tiene un contrato temporal. Según este organismo, entre 1987 y 2003, "el crecimiento de los contratos temporales es de muy superior importancia que el de los indefinidos puesto que, en el primer caso se ha registrado un incremento del 146,5 por ciento, frente al aumento del 34,7 por ciento que han registrado los contratos de duración indefinida".