Los vicepresidentes primero y segundo del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba y Elena Salgado, respectivamente, no han querido pronunciarse sobre las críticas dentro del PSOE socialistas a las nuevas medidas del Gobierno y se han limitado a expresar su respeto por esas opiniones.
El último en hacerlas fue el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda. En un foro radiofónico, se mostró en contra de la supresión de los 426 euros porque esa ayuda, dijo, es fundamental para las familias con todos sus miembros en paro. También apuntó que hay unas prestaciones que se deben mantener y que no hay que verlas como "un impedimento al mercado de trabajo".
No fue el único. El alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo Saavedra, afirmó que le "repugna" la supresión de la ayuda de los 426 euros, y el secretario general del PSM, Tomás Gómez, indicó que no le gusta las privatizaciones de los aeropuertos.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Salgado se ha limitado a señalar que el presidente de Castilla-La Mancha expresa las opiniones que estima oportuno. Más tarde, otro periodista ha preguntado a Rubalcaba sobre las críticas de otros socialistas. Rubalcaba tampoco ha querido responder a esas críticas y ha indicado que no tenía nada nuevo que añadir a la respuesta que ya había dado Salgado en relación a Barreda.