LD (EFE) Según el Boletín Económico del Banco de España, el saldo vivo de las hipotecas a tipo variable pasó de 63.218 millones de euros en 1997 a 191.382 millones a final de 2002, mientras que los préstamos a tipo fijo cayeron en el mismo periodo de 10.454 a 4.597 millones.
El periodo estudiado se extiende de diciembre de 1997 hasta el mismo mes de 2002, años en los que el Banco de España viene observando un crecimiento de los préstamos hipotecarios a interés variable, que durante todo el periodo se han duplicado en número y suponen el 93,9 por ciento del total, mientras que los de tipo fijo han caído un 61 por ciento.
Según el Banco de España, la caída de los tipos de interés ha favorecido este cambio, cuyo inicio establece en 1994 con la aprobación de la Ley sobre subrogación y modificación de préstamos hipotecarios, que permitió a los clientes sustituir los préstamos con altos tipos de interés contratados años atrás por los que comenzaron a ofrecerse en el mercado por aquel entonces con tipos más moderados.
Asimismo, el estudio señala que el 89 por ciento de las hipotecas a interés variable se encuentran referenciadas a tipos oficiales, de los que los más utilizados son el Míbor y el Euríbor (tipos a los que se prestan el dinero los bancos españoles y europeos), que aglutinan el 56 por ciento. El Banco de España estima que esta preferencia se debe a que el mercado interbancario registra anticipadamente la evolución del precio oficial del dinero.
De esta forma, el Euríbor ha ido relegando a otros indicadores como el tipo activo de referencia de las cajas, conocido como CECA, utilizado en el 1,71 por ciento de los préstamos, o como el rendimiento interno de la deuda publica entre 2 y 6 años, que sólo se usa en el 0,19 por ciento de las operaciones, debido a su "escasa significación el mercado". El Banco de España destaca que durante todo este periodo se mantiene una amplia horquilla entre el Euríbor, situado en el extremo inferior con el 2,87 por ciento, y el CECA, que se colocó en el extremo superior con un valor de casi el doble, el 5,50 por ciento.
El periodo estudiado se extiende de diciembre de 1997 hasta el mismo mes de 2002, años en los que el Banco de España viene observando un crecimiento de los préstamos hipotecarios a interés variable, que durante todo el periodo se han duplicado en número y suponen el 93,9 por ciento del total, mientras que los de tipo fijo han caído un 61 por ciento.
Según el Banco de España, la caída de los tipos de interés ha favorecido este cambio, cuyo inicio establece en 1994 con la aprobación de la Ley sobre subrogación y modificación de préstamos hipotecarios, que permitió a los clientes sustituir los préstamos con altos tipos de interés contratados años atrás por los que comenzaron a ofrecerse en el mercado por aquel entonces con tipos más moderados.
Asimismo, el estudio señala que el 89 por ciento de las hipotecas a interés variable se encuentran referenciadas a tipos oficiales, de los que los más utilizados son el Míbor y el Euríbor (tipos a los que se prestan el dinero los bancos españoles y europeos), que aglutinan el 56 por ciento. El Banco de España estima que esta preferencia se debe a que el mercado interbancario registra anticipadamente la evolución del precio oficial del dinero.
De esta forma, el Euríbor ha ido relegando a otros indicadores como el tipo activo de referencia de las cajas, conocido como CECA, utilizado en el 1,71 por ciento de los préstamos, o como el rendimiento interno de la deuda publica entre 2 y 6 años, que sólo se usa en el 0,19 por ciento de las operaciones, debido a su "escasa significación el mercado". El Banco de España destaca que durante todo este periodo se mantiene una amplia horquilla entre el Euríbor, situado en el extremo inferior con el 2,87 por ciento, y el CECA, que se colocó en el extremo superior con un valor de casi el doble, el 5,50 por ciento.