LD (EFE) De esa cifra, 8.528 millones se destinarán a la actividad de generación en régimen ordinario, 6.471 millones a la de transporte y distribución, y 2.984 millones a las energías renovables.
Oriol subrayó que el cumplimiento de estos planes de inversión "requiere que las señales económicas sean las adecuadas, que la regulación mantenga la confianza de los inversores y que se favorezca una adecuada rentabilidad de las inversiones".
El presidente de Unesa destacó que las tarifas eléctricas han bajado un 44,5 por ciento en términos reales desde 1993 y dijo que España es el segundo país más barato de la Unión Europea (UE) para los consumidores domésticos y el tercero para los consumidores industriales. Oriol aseguró que, hoy por hoy, es "imposible" bajar más las tarifas eléctricas y advirtió de que un cambio "no justificado" en la metodología tarifaria afectaría negativamente a las inversiones extranjeras e incluso al rating (calificación de riesgo) de España.
Las eléctricas de Unesa invirtieron el año pasado 4.131 millones, un 8,6 por ciento más que en 2002 (3.803 millones): 1.454 millones en generación, 1.572 millones en transporte y distribución, y 2.984 millones en energías renovables. Oriol destacó que las inversiones acometidas por el sector "van por delante" de las previsiones contempladas en el documento de planificación energética 2002-2011.
La producción bruta de electricidad ascendió el año pasado a 262.731 millones de kilovatios/hora, un 6,7 por ciento más que en 2002. De esta cifra, el 29 por ciento fue generado con carbón, el 24 por ciento en centrales nucleares, el 23 por ciento mediante tecnologías renovables, el 16 por ciento con gas natural y el 8 por ciento con derivados del petróleo. Por su parte, el consumo creció un 6,3 por ciento y se elevó a 228.796 millones de kilovatios/hora.
La deuda financiera de las actividades eléctricas disminuyó un 17,3 por ciento y se situó, a 31 de diciembre de 2003, en 18.823 millones. Este recorte se ha debido a la generación de recursos y a los fondos obtenidos por la venta de activos no estratégicos, en especial la reducción de la participación accionarial de las compañías en Red Eléctrica de España (REE) y la titulización (conversión en títulos negociables) del déficit tarifario acumulado en 2000 y 2002.
Oriol subrayó que el cumplimiento de estos planes de inversión "requiere que las señales económicas sean las adecuadas, que la regulación mantenga la confianza de los inversores y que se favorezca una adecuada rentabilidad de las inversiones".
El presidente de Unesa destacó que las tarifas eléctricas han bajado un 44,5 por ciento en términos reales desde 1993 y dijo que España es el segundo país más barato de la Unión Europea (UE) para los consumidores domésticos y el tercero para los consumidores industriales. Oriol aseguró que, hoy por hoy, es "imposible" bajar más las tarifas eléctricas y advirtió de que un cambio "no justificado" en la metodología tarifaria afectaría negativamente a las inversiones extranjeras e incluso al rating (calificación de riesgo) de España.
Las eléctricas de Unesa invirtieron el año pasado 4.131 millones, un 8,6 por ciento más que en 2002 (3.803 millones): 1.454 millones en generación, 1.572 millones en transporte y distribución, y 2.984 millones en energías renovables. Oriol destacó que las inversiones acometidas por el sector "van por delante" de las previsiones contempladas en el documento de planificación energética 2002-2011.
La producción bruta de electricidad ascendió el año pasado a 262.731 millones de kilovatios/hora, un 6,7 por ciento más que en 2002. De esta cifra, el 29 por ciento fue generado con carbón, el 24 por ciento en centrales nucleares, el 23 por ciento mediante tecnologías renovables, el 16 por ciento con gas natural y el 8 por ciento con derivados del petróleo. Por su parte, el consumo creció un 6,3 por ciento y se elevó a 228.796 millones de kilovatios/hora.
La deuda financiera de las actividades eléctricas disminuyó un 17,3 por ciento y se situó, a 31 de diciembre de 2003, en 18.823 millones. Este recorte se ha debido a la generación de recursos y a los fondos obtenidos por la venta de activos no estratégicos, en especial la reducción de la participación accionarial de las compañías en Red Eléctrica de España (REE) y la titulización (conversión en títulos negociables) del déficit tarifario acumulado en 2000 y 2002.