LD (M. Llamas) Nuevos problemas para la economía nacional que, en este caso, podrían afectar a la base del sistema de financiación exterior, ya sea a través del comercio internacional (exportaciones) o bien mediante la emisión de deuda pública. El grupo francés Coface, una de las principales aseguradoras de crédito a la exportación del mundo, acaba de degradar el riesgo país de España un nivel, de A1 (máxima calificación) a A2.
La agencia, que ya había situado hace meses a España en “perspectiva negativa”, ha tomado esta decisión tras detectar un incremento de los impagos del 66 por ciento desde enero del 2008. “En Europa, España se hunde en la crisis, arrastrando a Portugal”.
En concreto, según la aseguradora la “caída del sector de la construcción, hasta ahora principal motor del crecimiento, pesa sobre el consumo y las inversiones”. El comportamiento de pago de las empresas se ha deteriorado “notablemente”, según la agencia. “Coface ha constatado un incremento de los incidentes de pago del 66 por ciento desde enero del 2008” en España.
La mitad de este aumento se debe al sector de la construcción. Después de haber puesto su calificación bajo vigilancia negativa en septiembre 2007, Coface baja la calificación de España a A2, (al mismo nivel de EEUU, que está siendo azotada igualmente por la crisis económica).
Por su parte “Portugal, debido al efecto dominó (el 30 por ciento de sus exportaciones tienen como destino al país vecino)” también se ha visto afectado. Así, “los impagados se han multiplicado por 2 desde el inicio del año”, de tal forma que la agencia sitúa ahora su calificación A2 bajo “vigilancia negativa”.
Repercusiones comerciales
La relevancia de dicha degradación consiste en que la calificación de riesgo país constituye un indicador clave para inversores y empresas a la hora de establecer relaciones comerciales con compañías de determinados países. Coface analiza y clasifica los distintos países del mundo tomando en cuenta criterios como la situación financiera y el comportamiento de pago de las empresas, el potencial económico y el entorno político del país.
Los informes de estos expertos son empleados por empresas de todo el mundo para orientar sus respectivas estrategias de desarrollo comercial hacia aquellos países que cuentan con mayor potencial.
En concreto, el rating país determina el riesgo medio de impago a corto plazo de las empresas de un determinado Estado. En este caso, España. Es decir, señala hasta qué punto el compromiso financiero de una empresa de un país determinado está influenciado por la situación económica, financiera y política del mismo.
Tales calificaciones se sitúan en una escala de 7 niveles A1, A2, A3, A4, B, C, D, en orden creciente del riesgo. Rating de A1 (el que hasta ahora tenía España) indica una situación política y económica muy estable, que influye de forma favorable en el comportamiento de pago de las empresas. Es decir,”la probabilidad de impago en las relaciones comerciales entre empresas es muy baja”.
El rating A2 (el actual que Coface establece para España) indica que, aunque la probabilidad de impago sigue siendo escasa, “el entorno económico y político del país o el comportamiento de pago de sus empresas es algo peor que en los países con calificación A1”.
De todos modos, tal degradación de riesgo no es una cuestión baladí, puesto que España es uno de los países con mayor déficit exterior (necesidad de financiación externa) de mundo, medido en términos de PIB nacional (casi el 11 por ciento).
Así, pese a que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha reiterado recientemente la evolución favorable de las exportaciones españolas, el mayor riesgo de impago pone, al menos en duda, la excelencia el comercio internacional de las empresas españolas.