En primer lugar, los líderes europeos han solicitado al Gobierno más medidas para facilitar la recolocación de los parados, que según las previsiones de Bruselas alcanzarán casi el 19% de la población activa en 2010, y para reducir las diferencias entre los contratos temporales y los contratos fijos.
La UE pide además fomentar la movilidad de los trabajadores y mejorar su formación.
Asimismo, para mejorar la competitividad de la economía española, la UE sugiere que "la evolución de los salarios se vincule más estrechamente a la evolución de la productividad, en el contexto del diálogo social".
La segunda recomendación concreta que los 27 dirigen a España se refiere a la necesidad de "garantizar la aplicación eficaz de las reformas educativas, también a nivel regional, con los objetivos principales de reducir el abandono escolar y aumentar el porcentaje de alumnos que terminan la educación secundaria superior". En el mismo sentido, la UE reclama a España "garantizar que las universidades se adaptan rápidamente al proceso de Bolonia".
En tercer lugar, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE exigen al Gobierno nuevas medidas para mejorar la eficacia de las inversiones en Investigación y Desarrollo (I+D), y para aumentar la competencia en los servicios profesionales y las industrias de red (puertos, trenes, transporte de mercancías y telecomunicaciones), y especialmente en el sector de la electricidad, acabando con el déficit en las tarifas para que no haya distorsión de precios.
Los líderes europeos recomiendan finalmente a España corregir el amplio déficit por cuenta corriente y facilitar la reestructuración del sector de la vivienda, con medidas para mejorar la regulación del mercado del alquiler.
Durante la cumbre de primavera se aprobaron también recomendaciones dirigidas al resto de Estados miembros sobre las reformas a las que deben dar prioridad para salir de la crisis y cumplir los objetivos de la estrategia de Lisboa de crecimiento y empleo.