Oettinger calificó la pasada semana la situación nuclear en Japón de "apocalíptica" y "catastrófica", mientras que el responsable comunitario se reafirmó en sus declaraciones.
"Desde luego el comisario Oettinger no ha tenido una semana muy afortunada, así se lo hemos dicho en el Consejo varios estados miembros, algunos con más dureza que otros", señaló el ministro español de Industria, Miguel Sebastián, al término de la reunión extraordinaria celebrada hoy en Bruselas con los titulares europeos de Energía.
"Una cosa es el debate nuclear, que siempre debe ser bienvenido, otra cosa es exigir condiciones de seguridad y la tercera es crear alarma injustificada, que no ayuda ni a Japón, ni a Europa, ni a nadie", recalcó.
Sebastián confió en que el comisario tenga más cuidado esta semana con sus comentarios, pero la reacción de Oettinger se estaba ya produciendo en paralelo en otra rueda de prensa en la que se reafirmó en sus palabras.
Oettinger no se arrepiente
"No me arrepiento de lo que dije", apuntó el comisario y razonó que, en su opinión, "es claramente catastrófico" tener "10.000 muertos -más de 8.000 muertos según cifras oficiales y casi 13.000 desaparecidos- y no poder dar servicios en los hospitales".
La Presidencia de turno de la UE, representada por el ministro húngaro de Energía, Tamas Fellegi, respondió a Oettinger en la misma conferencia de prensa e insistió en que "conviene encontrar un equilibrio entre información y alarmismo".
En la misma línea, se pronunció el titular francés de Industria, Eric Besson, quien consideró un "contratiempo" los comentarios de Oettinger, sobre todo vista la "lucha feroz" de los japoneses por recuperar el control de la central nuclear de Fukushima.
El comisario también dijo que algunas centrales nucleares europeas no superarían las pruebas de resistencia y, a este respecto, Besson le pidió que aclare a qué plantas se refería y en qué criterios se basó para hacer esa afirmación en un momento en el que aún no se habían concretado los criterios de evaluación.