LD (Agencias) Los ministros de Finanzas de los Veintisiete (Ecofin) dedicaron este martes su reunión mensual a preparar la contribución europea a la cumbre internacional que el próximo día 15, en Washington, debe empezar a definir nuevas reglas de funcionamiento para el sistema financiero.
La ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, cuyo país preside este semestre la UE, aseguró que el documento presentado por Francia suscitó "en general, consenso", pero durante la discusión quedaron claros los recelos de varios países ante la posibilidad de caer en un exceso de regulación.
Fuentes comunitarias indicaron que, probablemente, la presidencia francesa optará por acortar el texto y hacerlo más general, para contentar a todos los países.
A la cita de Washington está convocado el G20, del que forman parte los siete países más industrializados del mundo (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá), Rusia, China, India y varias economías emergentes más, entre ellas tres latinoamericanas (Argentina, México y Brasil), y la UE.
La ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, cuyo país preside este semestre la UE, aseguró que el documento presentado por Francia suscitó "en general, consenso", pero durante la discusión quedaron claros los recelos de varios países ante la posibilidad de caer en un exceso de regulación.
Fuentes comunitarias indicaron que, probablemente, la presidencia francesa optará por acortar el texto y hacerlo más general, para contentar a todos los países.
A la cita de Washington está convocado el G20, del que forman parte los siete países más industrializados del mundo (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá), Rusia, China, India y varias economías emergentes más, entre ellas tres latinoamericanas (Argentina, México y Brasil), y la UE.
Incrementar el intervencionismo
En su propuesta, Francia plantea aumentar la vigilancia del sistema financiero, garantizando que no hay ninguna institución financiera, ni instrumentos de inversión ni territorios exentos de regulación; mejorar el control de los riesgos, obligando a las entidades a quedarse parte de las emisiones de activos; reforzar la cooperación transfronteriza entre supervisores, y reformar el FMI.
El documento también propone establecer un mecanismo de alerta temprana ante las amenazas a la estabilidad del sistema financiero, basado en el continuo intercambio de información entre el FMI, los supervisores, bancos centrales y reguladores.
Aunque la mayoría de ministros calificaron las ideas francesas de "buena base para la discusión", también mostraron algunas reticencias. Por parte española, el vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, dejó claro que apoya el aumento de la transparencia en el sistema financiero, la obligación por parte de las entidades de cubrir adecuadamente sus riesgos y la adopción de cambios en el gobierno corporativo para recuperar la confianza.
Solbes también duda del plan francés
Pero se mostró menos convencido de la necesidad de extender la regulación a todos los mecanismos de inversión y consideró que hay que dejar margen a las entidades para seguir efectuando operaciones fuera de sus balances.
La delegación alemana se opuso a que la UE inste "a una respuesta internacional coordinada a los retos macroeconómicos futuros", temerosa de que se pueda inferir de esa redacción la apuesta por un gobierno económico europeo.
En lo que sí estuvieron todos de acuerdo es en que el FMI debe desempeñar un papel muy relevante en el control de las finanzas mundiales y, para ello, resulta ineludible acometer una reforma de la institución.
Los Veintisiete también coinciden en que conviene reforzar el papel del Foro de Estabilidad Financiera -un órgano con sede en Suiza integrado por banqueros centrales y reguladores de países ricos- y ampliar la nómina de países representados en él.
Los líderes de la UE celebrarán el próximo viernes un encuentro no oficial en Bruselas para ultimar la postura europea ante la cita de Washington. Sigue sin estar claro si España acudirá a la reunión convocada por EEUU, que debe ser la primera de una serie de encuentros para pactar nuevas reglas de funcionamiento de los mercados mundiales y evitar que se repitan crisis como la actual.
Lagarde recordó hoy que corresponde a la Casa Blanca decidir la lista de invitados y reiteró que su intención es llevar "la representación más amplia posible de los puntos de vista europeos".