Ahora, la nueva ronda de pruebas incluirá pruebas más duras para intentar evitar que se produzca un caso parecido. Los ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE) llegaron a un acuerdo este martes para impulsar la inclusión de los criterios de la liquidez y la exposición a la deuda soberana dentro de la próxima ronda de exámenes de solvencia al sector bancario que prepara actualmente la UE.
"Ha habido un acuerdo general para extraer las lecciones de las dos rondas anteriores de las pruebas de resistencia (...) Necesitamos pruebas rigurosas y estrictas, que den una mayor credibilidad", explicó el comisario de Mercado Interior y Asuntos Financieros, Michel Barnier, en la rueda de prensa que siguió a la reunión de titulares de Finanzas.
Según el principio de acuerdo perfilado, se examinará la exposición de los bancos a la deuda soberana de los países afectados por la crisis y la liquidez, que se han convertido en "factores de riesgo de los bancos", según Barnier. El comisario señaló que se discutirá a nivel técnico cómo incluir estos dos aspectos en los próximos días, así como la posible inclusión de la exposición de las entidades al riesgo inmobiliario.
"Aplicación uniforme de las pruebas"
Asimismo, se favorecerá una "aplicación uniforme de las pruebas", que sea "coherente" y no difiera según los Estados miembros, con objeto de proporcionar "una respuesta seria y creíble de cara a una posible reestructuración y reorganización" del sector, en caso de que las pruebas arrojen "puntos flacos".
El acuerdo alcanzado aún no es vinculante, pues la metodología de las pruebas debe ser acordada con el Banco Central Europeo y las nuevas instituciones de supervisión creadas por la Unión Europea: la autoridad bancaria europea y Consejo Europeo de Riesgo Sistémico. La inclusión de la liquidez es uno de los criterios que han sido exigidos por los actores del mercado para despejar las dudas sobre la solvencia del sector.
El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, defendió ayer la metodología empleada en la anterior ronda de exámenes de solvencia, publicada el verano pasado, aunque reconoció que éstos no fueron conducidos con el mismo rigor en todos los países. "El problema es que hubo una cierta variedad en la calidad de implementación en los distintos estados", explicó Rehn, quien consideró que la nueva arquitectura de supervisión y la nueva autoridad bancaria con que cuenta la UE garantizarán la obtención de "mejores resultados y más convincentes".
Antes del verano
La Unión Europea se encuentra actualmente embarcada en la determinación de los criterios que regirán los exámenes de solvencia, que deberán ser conducidos antes del verano, de cara a su publicación por esas fechas.
Las pruebas de solvencia, publicadas el pasado 23 de julio, evaluaron la capacidad de la banca europea para hacer frente a un escenario de serio deterioro económico, analizando un total de 91 entidades financieras, de las que sólo siete suspendieron la prueba (cinco cajas de ahorro españolas, un banco alemán y otro griego).
En Irlanda, algunos de los bancos que pasaron aquella prueba, como el Allied Irish Bank (AIB), necesitaron después inyecciones de dinero público, levantando las dudas sobre la correcta evaluación de las capacidades de liquidez.
Barnier explicó que "ha habido una toma de conciencia" sobre las exigencias de credibilidad y de transparencia que deben tener las pruebas, "sacando las lecciones de las pruebas de resistencia precedentes y de los progresos que debemos hacer para mejorar las futuras".