LD (Agencias) Desde enero de 2001, cuando se inició una recesión que se mantuvo durante tres trimestres, el banco central estadounidense ha flexibilizado 13 veces los tipos de interés para estimular el gasto de los consumidores, que representa el 70 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país. Sin embargo, los indicadores de las últimas semanas sugieren que la Reserva Federal -que dará a conocer su decisión a las 18.15 GMT- mantendrá los tipos sin cambios, es decir, con el interés interbancario en el 1 por ciento.
Según los datos de los economistas, en julio las ventas de minoristas aumentaron a un ritmo casi dos veces superior al de junio, al igual que creció la producción de las fábricas, que había estado atascada durante casi dos años. En su último informe difundido el pasado 30 de julio, la Fed afirmaba que la economía norteamericana estaba ya dando señales de significativa mejoría, con aceleración de la actividad económica en junio y principios de julio. Por eso, los analistas estiman que la entidad presidida por Alan Greenspan no variará los tipos de interés.
No obstante, hay serias dudas entre los expertos sobre el alcance de la mejora de la actividad económica en Estados Unidos, ya que existen algunos datos para la controversia, como el mercado laboral, que perdió en julio otros 44.000 puestos de trabajo y sitúa la tasa de paro en el 6,2 por ciento, niveles históricamente altos.
Los analistas consideran que habrá que estar atento sobre todo al comunicado posterior de la Fed, en el que puede fijar un objetivo de inflación para contener los riesgos deflacionistas. En su última reunión, el organismo expresó su inquietud por el peligro de deflación en el país, al estimar que había más probabilidades de que se produzca una caída sustancial "y no deseada" de la inflación que un repunte de los precios.
Según los datos de los economistas, en julio las ventas de minoristas aumentaron a un ritmo casi dos veces superior al de junio, al igual que creció la producción de las fábricas, que había estado atascada durante casi dos años. En su último informe difundido el pasado 30 de julio, la Fed afirmaba que la economía norteamericana estaba ya dando señales de significativa mejoría, con aceleración de la actividad económica en junio y principios de julio. Por eso, los analistas estiman que la entidad presidida por Alan Greenspan no variará los tipos de interés.
No obstante, hay serias dudas entre los expertos sobre el alcance de la mejora de la actividad económica en Estados Unidos, ya que existen algunos datos para la controversia, como el mercado laboral, que perdió en julio otros 44.000 puestos de trabajo y sitúa la tasa de paro en el 6,2 por ciento, niveles históricamente altos.
Los analistas consideran que habrá que estar atento sobre todo al comunicado posterior de la Fed, en el que puede fijar un objetivo de inflación para contener los riesgos deflacionistas. En su última reunión, el organismo expresó su inquietud por el peligro de deflación en el país, al estimar que había más probabilidades de que se produzca una caída sustancial "y no deseada" de la inflación que un repunte de los precios.