LD (EFE) La 141 conferencia ministerial de la OPEP, celebrada en Caracas, optó finalmente por no reducir la cuota actual de producción conjunta, de 28 millones de barriles diarios (mbd), como había pedido el país anfitrión.
El Consejo de Ministros "observó que los fundamentos del mercado no han cambiado desde su última revisión (en la reunión de marzo pasado en Viena)", destaca la declaración final de la conferencia. A pesar de una oferta que supera a la demanda y un "nivel confortable" de reservas almacenadas de crudo y productos derivados en las naciones consumidoras, "los precios continúan altos y volátiles", añade el documento.
Para la OPEP, la tensión en los mercados se debe a la preocupación de que la capacidad mundial de refino sea insuficiente, y la de extracción de crudo muy limitada a largo plazo, para responder al vigoroso crecimiento de la demanda mundial. Además, "la volatilidad está siendo exacerbada por los desarrollos geopolíticos y la especulación" financiera, añade.
Ha sorprendido en la cita caraqueña la discusión, aunque no oficial, en torno a una posible ampliación de la OPEP, después de que Angola, Sudán y Ecuador expresaran su interés por adherirse al grupo. En la OPEP no se ha sumado como miembro de pleno derecho ningún nuevo país desde más de tres décadas; por el contrario, la única variación en el número de integrantes ocurrió con el abandono de Ecuador y Gabón en la década de 1990.
En la inauguración, el presidente venezolano, Hugo Chávez, tras defender un precio mínimo de 50 dólares por barril, insistió en que sueña con el ingreso al grupo de otras naciones latinoamericanas, y estimó "que ese día llegará más temprano que tarde". El gobernante venezolano dijo prever la ampliación de la OPEP porque "seguirán llegando gobiernos dispuestos a ser libres" y "cuando los pueblos despiertan, nada ni nadie puede evitar cambios profundos".
El Consejo de Ministros "observó que los fundamentos del mercado no han cambiado desde su última revisión (en la reunión de marzo pasado en Viena)", destaca la declaración final de la conferencia. A pesar de una oferta que supera a la demanda y un "nivel confortable" de reservas almacenadas de crudo y productos derivados en las naciones consumidoras, "los precios continúan altos y volátiles", añade el documento.
Para la OPEP, la tensión en los mercados se debe a la preocupación de que la capacidad mundial de refino sea insuficiente, y la de extracción de crudo muy limitada a largo plazo, para responder al vigoroso crecimiento de la demanda mundial. Además, "la volatilidad está siendo exacerbada por los desarrollos geopolíticos y la especulación" financiera, añade.
Ha sorprendido en la cita caraqueña la discusión, aunque no oficial, en torno a una posible ampliación de la OPEP, después de que Angola, Sudán y Ecuador expresaran su interés por adherirse al grupo. En la OPEP no se ha sumado como miembro de pleno derecho ningún nuevo país desde más de tres décadas; por el contrario, la única variación en el número de integrantes ocurrió con el abandono de Ecuador y Gabón en la década de 1990.
En la inauguración, el presidente venezolano, Hugo Chávez, tras defender un precio mínimo de 50 dólares por barril, insistió en que sueña con el ingreso al grupo de otras naciones latinoamericanas, y estimó "que ese día llegará más temprano que tarde". El gobernante venezolano dijo prever la ampliación de la OPEP porque "seguirán llegando gobiernos dispuestos a ser libres" y "cuando los pueblos despiertan, nada ni nadie puede evitar cambios profundos".