LD (EFE) "Aunque los trabajadores más mayores, dotados de una sólida experiencia, representan una inmensa fuente de riqueza potencial para las empresas y la sociedad, a menudo están desincentivados para trabajar o desarrollar sus competencias después de los 50 años", indicó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
A partir de las conclusiones de una veintena de estudios sobre los países miembros, la OCDE propone una serie de medidas como la reforma de los sistemas de pensiones y de las prestaciones sociales, nuevas prácticas de remuneración y de empleo en las empresas, y el desarrollo de posibilidades para hacer progresar las competencias para que los trabajadores se mantengan activos más tiempo.
Sobre Suecia, cuyo informe nacional es el primero que se ha hecho público junto al de Bélgica, la organización destaca que tiene una de las poblaciones más envejecidas del club de los países más desarrollados, y que la reciente reforma de las pensiones debe reforzar los incentivos para seguir trabajando hasta más tarde. La OCDE aconseja mayor severidad en las condiciones que dan derecho a las prestaciones por invalidez y también propugna que las agencias del empleo consagren más medios para encontrar puestos de trabajo a los parados de mayor edad.
De Bélgica, los autores del informe subrayan el bajo nivel de actividad de las personas de entre 50 y 64 años -un 41%, frente al 55% de media en la OCDE-, y consideran que el país "necesita con urgencia reformas globales que inciten a los trabajadores de más edad para proseguir su actividad profesional". Por eso, sugieren que, en primer lugar, los poderes públicos anuncien su intención de dejar de subvencionar las jubilaciones precoces y de dedicar más medios a ofrecer mejores posibilidades a los empleados mayores.
A partir de las conclusiones de una veintena de estudios sobre los países miembros, la OCDE propone una serie de medidas como la reforma de los sistemas de pensiones y de las prestaciones sociales, nuevas prácticas de remuneración y de empleo en las empresas, y el desarrollo de posibilidades para hacer progresar las competencias para que los trabajadores se mantengan activos más tiempo.
Sobre Suecia, cuyo informe nacional es el primero que se ha hecho público junto al de Bélgica, la organización destaca que tiene una de las poblaciones más envejecidas del club de los países más desarrollados, y que la reciente reforma de las pensiones debe reforzar los incentivos para seguir trabajando hasta más tarde. La OCDE aconseja mayor severidad en las condiciones que dan derecho a las prestaciones por invalidez y también propugna que las agencias del empleo consagren más medios para encontrar puestos de trabajo a los parados de mayor edad.
De Bélgica, los autores del informe subrayan el bajo nivel de actividad de las personas de entre 50 y 64 años -un 41%, frente al 55% de media en la OCDE-, y consideran que el país "necesita con urgencia reformas globales que inciten a los trabajadores de más edad para proseguir su actividad profesional". Por eso, sugieren que, en primer lugar, los poderes públicos anuncien su intención de dejar de subvencionar las jubilaciones precoces y de dedicar más medios a ofrecer mejores posibilidades a los empleados mayores.