L D (EFE) Pero en la zona euro la recuperación es "débil", en particular en Alemania y en Italia, por lo que la OCDE ha reducido en dos décimas sus previsiones de crecimiento para 2004, hasta un 1,6%, y una décima para 2005, hasta el 2,4%.
En su informe semestral sobre Perspectivas económicas, la OCDE dice que "la escasa confianza de los hogares alimenta el ahorro y deprime la demanda" en la zona euro, por lo que la situación actual justifica una nueva baja de los tipos de interés.
"Los interrogantes que persisten sobre el vigor de la economía y la debilidad anticipada de las tensiones inflacionistas parecen justificar una flexibilización suplementaria de la política monetaria", que "al apoyar la actividad económica en un momento crucial (...) facilitaría igualmente la necesaria consolidación de las finanzas públicas", señaló la OCDE. En cualquier caso, la situación también es de contrastes dentro de la misma zona euro en 2004, ya que mientras la OCDE augura una subida del Producto Interior Bruto (PIB) de sólo el 0,9% para Italia u Holanda y del 1,1% para Alemania, calcula un 2% para Francia, un 2,9% en España o un 4% en Grecia. En todo caso, la economía estadounidense seguirá siendo la que tire de la recuperación mundial, según el informe, porque progresará un 4,7% en 2004 y un 3,7% en 2005.
La OCDE consideró que se aleja "el espectro de un crecimiento pobre en empleos" en EEUU, lo que a su juicio debe calmar la controversia sobre las deslocalizaciones de empresas. La organización subrayó que Japón y el Reino Unido están también en cabeza de la recuperación, con una importante corrección al alza de la evolución japonesa, que subirá un 3% en 2004 y un 2,8% en 2005 (en el anterior informe de noviembre se hablaba del 1,8% para cada uno de esos años). Los autores del informe insisten en el "dinamismo de la actividad en Asia, y sobre todo en China", que "refleja la recuperación mundial, pero más todavía el impacto de la liberalización de los intercambios y de las inversiones en el contexto de la adhesión de este país a la Organización Mundial del Comercio (OMC)". En ese sentido, tras recordar que el PIB chino subió más del 9% en 2003, señaló que ese ritmo será sólo "ligeramente" inferior en 2004 y 2005, y, si bien hay "ciertos signos de recalentamiento se han tomado medidas para frenar la expansión del crédito".
La OCDE alertó de que la expansión económica mundial está marcada por "varios elementos de tensión y de vulnerabilidad", el primero de ellos la fuerte subida del petróleo, que "podría cortar o retrasar la recuperación". Señaló que si el precio del barril volviera a unos 25 dólares, el punto medio de la horquilla que el cártel se fijó como meta, "el crecimiento recibiría un empujón". Aunque la OCDE reconoció el papel que el dinamismo del mercado de la vivienda tiene en el despegue del consumo -sobre todo en EEUU, Reino Unido, Australia, España y Dinamarca-, advirtió de que las subidas de precios son "una fuente de inestabilidad potencial en algunos países".
El economista jefe de la OCDE, Jean-Philippe Cotis, también se inquietó por el riesgo de un comportamiento "más polarizado que el previsto" entre las economías de los países miembros que agravarían el déficit por cuenta corriente de Estados Unidos, lo que podría desencadenar "una subida brutal de los tipos de interés". Cotis no descartó una nueva revisión a la baja de las perspectivas de la Europa continental y consideró que los "grandes países" de la zona euro deben "tomar medidas". Dijo que la mejora de sus finanzas públicas pasa tal vez por "una mejora del Pacto de Estabilidad", pero sobre todo por más control del gasto. "Los malos resultados presupuestarios estos últimos años en los grandes países de Europa han tenido más que ver con una pérdida de control nacional que con una eventual falta de adecuación del Pacto de Estabilidad", argumentó.
En su informe semestral sobre Perspectivas económicas, la OCDE dice que "la escasa confianza de los hogares alimenta el ahorro y deprime la demanda" en la zona euro, por lo que la situación actual justifica una nueva baja de los tipos de interés.
"Los interrogantes que persisten sobre el vigor de la economía y la debilidad anticipada de las tensiones inflacionistas parecen justificar una flexibilización suplementaria de la política monetaria", que "al apoyar la actividad económica en un momento crucial (...) facilitaría igualmente la necesaria consolidación de las finanzas públicas", señaló la OCDE. En cualquier caso, la situación también es de contrastes dentro de la misma zona euro en 2004, ya que mientras la OCDE augura una subida del Producto Interior Bruto (PIB) de sólo el 0,9% para Italia u Holanda y del 1,1% para Alemania, calcula un 2% para Francia, un 2,9% en España o un 4% en Grecia. En todo caso, la economía estadounidense seguirá siendo la que tire de la recuperación mundial, según el informe, porque progresará un 4,7% en 2004 y un 3,7% en 2005.
La OCDE consideró que se aleja "el espectro de un crecimiento pobre en empleos" en EEUU, lo que a su juicio debe calmar la controversia sobre las deslocalizaciones de empresas. La organización subrayó que Japón y el Reino Unido están también en cabeza de la recuperación, con una importante corrección al alza de la evolución japonesa, que subirá un 3% en 2004 y un 2,8% en 2005 (en el anterior informe de noviembre se hablaba del 1,8% para cada uno de esos años). Los autores del informe insisten en el "dinamismo de la actividad en Asia, y sobre todo en China", que "refleja la recuperación mundial, pero más todavía el impacto de la liberalización de los intercambios y de las inversiones en el contexto de la adhesión de este país a la Organización Mundial del Comercio (OMC)". En ese sentido, tras recordar que el PIB chino subió más del 9% en 2003, señaló que ese ritmo será sólo "ligeramente" inferior en 2004 y 2005, y, si bien hay "ciertos signos de recalentamiento se han tomado medidas para frenar la expansión del crédito".
La OCDE alertó de que la expansión económica mundial está marcada por "varios elementos de tensión y de vulnerabilidad", el primero de ellos la fuerte subida del petróleo, que "podría cortar o retrasar la recuperación". Señaló que si el precio del barril volviera a unos 25 dólares, el punto medio de la horquilla que el cártel se fijó como meta, "el crecimiento recibiría un empujón". Aunque la OCDE reconoció el papel que el dinamismo del mercado de la vivienda tiene en el despegue del consumo -sobre todo en EEUU, Reino Unido, Australia, España y Dinamarca-, advirtió de que las subidas de precios son "una fuente de inestabilidad potencial en algunos países".
El economista jefe de la OCDE, Jean-Philippe Cotis, también se inquietó por el riesgo de un comportamiento "más polarizado que el previsto" entre las economías de los países miembros que agravarían el déficit por cuenta corriente de Estados Unidos, lo que podría desencadenar "una subida brutal de los tipos de interés". Cotis no descartó una nueva revisión a la baja de las perspectivas de la Europa continental y consideró que los "grandes países" de la zona euro deben "tomar medidas". Dijo que la mejora de sus finanzas públicas pasa tal vez por "una mejora del Pacto de Estabilidad", pero sobre todo por más control del gasto. "Los malos resultados presupuestarios estos últimos años en los grandes países de Europa han tenido más que ver con una pérdida de control nacional que con una eventual falta de adecuación del Pacto de Estabilidad", argumentó.