LD (EFE) Jean-Philippe Cotis ha propuesto "un contrato de trabajo más protector para los jóvenes" y menos para las personas que llevan ya mucho tiempo porque "hay que salir del sistema dual" del mercado laboral, ha señalado Cotis en una conferencia de prensa para presentar el informe "Objetivo Crecimiento 2007" sobre las reformas prioritarias en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En el editorial que precede al informe, el economista jefe señala que en países como Alemania, España y Francia donde la protección del empleo fijo "es muy estricto, jóvenes y mujeres están excluidos del empleo y sufren carreras erráticas".
Afirma que la experiencia de otros países europeos muestra que se puede conseguir un sistema más equitativo y propone "contratos permanentes en los que los costos por despido sean menos imprevisibles para las empresas y aseguren a los trabajadores garantías suficientes en términos de ingresos y de reinserción en el empleo". En concreto, y sobre la base del modelo austríaco, se trataría de que empresa y trabajadores cotizaran a "cuentas individuales de cese de actividad" de las que los asalariados pudieran beneficiarse en caso de despido. Si se diera esa situación, la indemnización por desempleo estaría en función de la antigüedad de la persona en el mercado de trabajo y no únicamente en la última empresa en la que ha estado trabajando.
Cotis señala que se constata un creciente dualismo en el mercado de trabajo en Europa, pero también en Japón o en Corea del Sur, entre los que tienen protección en el puesto de trabajo –por lo general gracias a un contrato indefinido– y los que no. "Es urgente reformar la protección del empleo" porque "tenemos un entorno que polariza el mercado de trabajo" y los sistemas de protección de empleo muy estrictos agravan esa polarización. La OCDE ha constatado que en sus países miembros hay un sentimiento de que las desigualdades salariales aumentan y admite que "las nuevas tecnologías de la información y la competencia de las grandes economías emergentes parecen en efecto ejercer una influencia negativa sobre el empleo y los ingresos de las personas menos cualificadas, mientras que mejoran con fuerza las perspectivas de los más cualificados".
Según Cotis, entre los "buenos alumnos" en términos de reformas para hacer sus economías más eficientes figuran Estados Unidos, los países escandinavos, Australia, Nueva Zelanda, Canadá o el Reino Unido. A ellos se están añadiendo últimamente otros como Alemania, que a su juicio está llevando a cabo la mejor política desde la unificación del país, o Italia, cuyo gobierno actual se ha comprometido con reformas que el economista jefe de la OCDE ha insistido en animar.
Afirma que la experiencia de otros países europeos muestra que se puede conseguir un sistema más equitativo y propone "contratos permanentes en los que los costos por despido sean menos imprevisibles para las empresas y aseguren a los trabajadores garantías suficientes en términos de ingresos y de reinserción en el empleo". En concreto, y sobre la base del modelo austríaco, se trataría de que empresa y trabajadores cotizaran a "cuentas individuales de cese de actividad" de las que los asalariados pudieran beneficiarse en caso de despido. Si se diera esa situación, la indemnización por desempleo estaría en función de la antigüedad de la persona en el mercado de trabajo y no únicamente en la última empresa en la que ha estado trabajando.
Cotis señala que se constata un creciente dualismo en el mercado de trabajo en Europa, pero también en Japón o en Corea del Sur, entre los que tienen protección en el puesto de trabajo –por lo general gracias a un contrato indefinido– y los que no. "Es urgente reformar la protección del empleo" porque "tenemos un entorno que polariza el mercado de trabajo" y los sistemas de protección de empleo muy estrictos agravan esa polarización. La OCDE ha constatado que en sus países miembros hay un sentimiento de que las desigualdades salariales aumentan y admite que "las nuevas tecnologías de la información y la competencia de las grandes economías emergentes parecen en efecto ejercer una influencia negativa sobre el empleo y los ingresos de las personas menos cualificadas, mientras que mejoran con fuerza las perspectivas de los más cualificados".
Según Cotis, entre los "buenos alumnos" en términos de reformas para hacer sus economías más eficientes figuran Estados Unidos, los países escandinavos, Australia, Nueva Zelanda, Canadá o el Reino Unido. A ellos se están añadiendo últimamente otros como Alemania, que a su juicio está llevando a cabo la mejor política desde la unificación del país, o Italia, cuyo gobierno actual se ha comprometido con reformas que el economista jefe de la OCDE ha insistido en animar.
La liberalización de la UE, en peligro
El economista jefe de la OCDE, Jean-Philippe Cotis, ha hecho público su temor de que el actual parón en la integración europea detenga la liberalización prevista en los mercados de productos y servicios, así como las reformas económicas en los países de la Unión. "La apetencia por una mayor integración (en la UE) parece más débil en ciertos países" y eso puede ralentizar la apertura de algunos mercados, como los servicios, señaló Cotis en la presentación a la prensa del informe "Objetivo Crecimiento 2007" sobre las prioridades de reformas económicas en los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Cotis advierte de que si este clima persiste, eso afectará tanto al impulso en la liberalización como a las reformas que se han venido llevando a cabo en los países europeos para hacer sus economías más eficientes y que han dado resultados en los últimos años. En ese sentido, habla de "una mejora de la situación macroeconómica en Europa" con un progreso en el crecimiento estructural, "esfuerzos notables pero insuficientes" en el mercado de trabajo o una mayor liberalización en el mercado de productos.
El economista jefe de la OCDE insiste en felicitar a la Comisión Europea por su trabajo para promover dicha liberalización ya que "ha contribuido al crecimiento (económico) en Europa". En cuanto a las reformas macroeconómicas, asegura que "permiten afrontar mejor la globalización", que entre otras cosas está generando una fractura en términos de salarios entre el trabajo poco y muy cualificado.
Cotis señala que, además del deterioro del clima sobre la integración europea, otro elemento de incertidumbre que pesa sobre las reformas es el cuestionamiento de la globalización en algunos sectores, un fenómeno que a su juicio amenaza con agravar los desequilibrios generados por la misma globalización.
Cotis advierte de que si este clima persiste, eso afectará tanto al impulso en la liberalización como a las reformas que se han venido llevando a cabo en los países europeos para hacer sus economías más eficientes y que han dado resultados en los últimos años. En ese sentido, habla de "una mejora de la situación macroeconómica en Europa" con un progreso en el crecimiento estructural, "esfuerzos notables pero insuficientes" en el mercado de trabajo o una mayor liberalización en el mercado de productos.
El economista jefe de la OCDE insiste en felicitar a la Comisión Europea por su trabajo para promover dicha liberalización ya que "ha contribuido al crecimiento (económico) en Europa". En cuanto a las reformas macroeconómicas, asegura que "permiten afrontar mejor la globalización", que entre otras cosas está generando una fractura en términos de salarios entre el trabajo poco y muy cualificado.
Cotis señala que, además del deterioro del clima sobre la integración europea, otro elemento de incertidumbre que pesa sobre las reformas es el cuestionamiento de la globalización en algunos sectores, un fenómeno que a su juicio amenaza con agravar los desequilibrios generados por la misma globalización.