(Libertad Digital) El diario Expansión ha recordado la preocupación de la OCDE por la negativa incidencia de la alta fiscalidad española en la competitividad internacional de sus empresas. El impuesto de sociedades está en el 35 por ciento, solo por debajo de Alemania, Italia y Francia en el ámbito europeo. Las contribuciones a la Seguridad Social son otro elemento impositivo importante. El impuesto sobre la renta está en línea con los países de la OCDE, y algo por debajo de la media europea. El impuesto de sociedades de Irlanda es del 12,5 por ciento, lo que ha multiplicado la inversión extranjera en ese país y le ha permitido crecer a ritmos muy altos.
Jeffrey Owes, director del centro de política y administración tributaria de la OCDE, ha recordado que "los impuestos determinan dónde localizar una inversión, con lo que la carga fiscal cada vez adquiere más importancia para que una empresa decida dónde invertir". El número de países que se hacen atractivos para la inversión ha aumentado en las últimas dos décadas, lo que ha favorecido una mayor competencia fiscal entre los países.
El Gobierno está planteándose una reforma fiscal, pero las ideas al respecto no están claras todavía. En un principio, el PSOE propuso en el programa electoral un tipo marginal único. Recientemente Pedro Solbes ha rebajado esas expectativas, diciendo que el número de tramos estará entre dos y cuatro. No obstante, el erario público español es más dependiende de la Seguridad Social que otros países, en relación con el IRPF, por lo que la OCDE señala que "es importante que la reforma fiscal contemple qué hacer con la Seguridad Social". Señala que hay que revisar la estructura de las aportaciones y rebajar las que hacen los empresarios.
Por el momento solo se sabe que el Gobierno planea rebajar el número de tipos de cinco a un número entre dos y cuatro, probablemente manteniendo el tipo mínimo y rebajando ligeramente el máximo, ahora en el 45 por ciento. Esta reforma no llegará antes de 2007, mientras que la del impuesto de sociedades está aplazada sine díe.
Mientras tanto, la fórmula del tipo marginal único sigue avanzando. Hong Kong tiene un sistema fiscal con un único tipo marginal, y en Europa el primero en adoptarlo fue Estonia, en 1994. Le han seguido varios países del este europeo, como Rusia, Ucrania, Serbia o Eslovaquia. Grecia planea adoptar un sistema como este, y la candidata alemana a la presidencia en las elecciones del 18 de septiembre propone la misma idea. Por lo general estos sistemas han permitido un mayor crecimiento y un aumento de la recaudación.