L D (Europa Press) Los españoles que tienen concedida una hipoteca en una entidad bancaria han elevado el índice de morosidad. Mientras que en diciembre los morosos se quedaban en el 0,373 por ciento el pasado mes de marzo subía hasta situarse en el 0,385 por ciento. En cambio el ratio de dudosidad hipotecaria registrado por las cajas se mantuvo en el 0,382 por ciento, una cifra superior a la que obtuvieron los bancos que se quedó en el 0,321 por ciento.
Las entidades financieras son las que más sufren a los morosos
A pesar de las cifras registradas por bancos y cajas, las entidades que más acusan el efecto de los prestatarios perezosos en el pago son los establecimientos financieros de crédito que sufren una morosidad del 2,372 por ciento. Las cooperativas por su parte registran el 0,347 por ciento.
No obstante, la tasa de dudosos del crédito hipotecario, que se situó en el 0,385%, sigue comportándose, de una forma más positiva que la del total del crédito al sector privado residente.
En la totalidad del crédito desciende hasta el 0,759 por ciento
En concreto, la morosidad de todo el crédito (hipotecario y resto de préstamos) se situó hasta marzo de 2006 en el 0,745%, inferior a la registrada tres meses antes, que fue del 0,759%.
Al igual que ocurre en los hipotecarios, las cajas presentan peores ratios de dudosidad que los bancos en el conjunto de los préstamos. Así, las cajas tenían catalogados un 0,677% de su valor como de dudoso cobro, frente al 0,648% de los bancos.
Un estudio elaborado bajo las nuevas normas del Banco de España
Estos datos están elaborados bajo las nuevas normas contables de las entidades de crédito españolas introducidas el pasado mes de junio por el Banco de España.
La nueva normativa clasifica como dudoso todo el importe de la deuda en operaciones que tengan algún importe vencido como principal, intereses o gastos pactados contractualmente, con más de tres meses de antigüedad (morosos) o cuando los saldos clasificados como dudosos sean superiores al 25 por ciento de los importes pendientes de cobro. De esta forma desaparece la antigua regla de arrastre por operación con 6 meses o 1 año de impago, dependiendo del tipo de prestatario y finalidad del crédito.