L D (Mercedes R. Martín) Las equívocas respuestas de miembros del Gobierno ante la posible entrada de la rusa Lukoil en Repsol YPF incrementaban en algo el interés del habitual enfrentamiento Zapatero-Rajoy en el Congreso. Con las bancadas algo más concurridas que en otras ocasiones, el presidente se vio abocado a preguntas del líder de la oposición a hablar de la errática posición del Gobierno ante la intención de compra del 20 por ciento de la española.
Pero la insistencia de Rajoy, que llegó a advertirle que si no actúa, su grupo le considerará “el responsable de un escándalo mayúsculo” , no logró arrancarle una respuesta concreta a Zapatero. Reconvertido de nuevo en abanderado del libre mercado, reiteró que no van a “intervenir” a la empresa española. En el turno de réplica, cuando sólo le restaban unos segundos, se limitó a lanzar una enigmática frase: “ El Gobierno va a hacer las cosas bien ”.
La incógnita de si el Ejecutivo tiene algún plan para evitar que Rusia controle una empresa clave para el sector energético español se trasladó, tras el rifirrafe entre Gobierno y oposición, a los pasillos de la Cámara. Tras las críticas de Rajoy, llegaron, ante los medios, las de otros grupos. Rosa Díez , diputada de Unión, Progreso y Democracia, afirmó que “no es partidaria de que una empresa del Kremlin se quede con una empresa estratégica” para España.
Con la última frase de Zapatero aún en el aire, Díez llegó a decir que parece que “algunos tienen escrito el final” del guión y que por ello, en el Ejecutivo “se han repartido los papeles”. El problema, lamentó Díez, es que ese final “no lo conocemos”.
Después, uno de los actores de esta historia de desenlace aún desconocido, Miguel Sebastián , no tuvo más remedio que referirse al asunto también fuera del hemiciclo y comentar si cree, como Zapatero, que “todo va a salir bien”. El ministro, como el presidente, evitó hacer comentarios más allá de la promesa de que “velarán por los intereses de los españoles”.
“El Gobierno va a hacer lo que tiene que hacer”, dijo Sebastián sin aportar ningún detalle sobre los planes del Ejecutivo, en el caso de que tenga alguno. Preguntado por una periodista sobre si guardan “algún as en la manga”, el ministro de Industria se limitó a sonreír. Una media sonrisa que dejaba de nuevo sin respuesta a la pregunta de qué piensa hacer el Gobierno en este asunto.
Pero la insistencia de Rajoy, que llegó a advertirle que si no actúa, su grupo le considerará “el responsable de un escándalo mayúsculo” , no logró arrancarle una respuesta concreta a Zapatero. Reconvertido de nuevo en abanderado del libre mercado, reiteró que no van a “intervenir” a la empresa española. En el turno de réplica, cuando sólo le restaban unos segundos, se limitó a lanzar una enigmática frase: “ El Gobierno va a hacer las cosas bien ”.
La incógnita de si el Ejecutivo tiene algún plan para evitar que Rusia controle una empresa clave para el sector energético español se trasladó, tras el rifirrafe entre Gobierno y oposición, a los pasillos de la Cámara. Tras las críticas de Rajoy, llegaron, ante los medios, las de otros grupos. Rosa Díez , diputada de Unión, Progreso y Democracia, afirmó que “no es partidaria de que una empresa del Kremlin se quede con una empresa estratégica” para España.
Con la última frase de Zapatero aún en el aire, Díez llegó a decir que parece que “algunos tienen escrito el final” del guión y que por ello, en el Ejecutivo “se han repartido los papeles”. El problema, lamentó Díez, es que ese final “no lo conocemos”.
Después, uno de los actores de esta historia de desenlace aún desconocido, Miguel Sebastián , no tuvo más remedio que referirse al asunto también fuera del hemiciclo y comentar si cree, como Zapatero, que “todo va a salir bien”. El ministro, como el presidente, evitó hacer comentarios más allá de la promesa de que “velarán por los intereses de los españoles”.
“El Gobierno va a hacer lo que tiene que hacer”, dijo Sebastián sin aportar ningún detalle sobre los planes del Ejecutivo, en el caso de que tenga alguno. Preguntado por una periodista sobre si guardan “algún as en la manga”, el ministro de Industria se limitó a sonreír. Una media sonrisa que dejaba de nuevo sin respuesta a la pregunta de qué piensa hacer el Gobierno en este asunto.