LD (EFE) Desde la liberalización del mercado eléctrico se han producido al menos cinco intentos de integración empresarial que no han fructificado, bien por la oposición del Gobierno y la CNE, como en el caso de Unión Fenosa e Hidrocantábrico –en 2000– o la frustrada OPA de Gas Natural por Iberdrola –en marzo de 2003–, bien porque las compañías afectadas han renunciado al conocer condiciones impuestas por las autoridades de la Competencia o por cuestiones estratégicas.
Entre estas últimas, el sector no olvida los intentos de fusión de Repsol con Iberdrola de 1999 o la operación presentada en otoño de 2000 por la petrolera y Gas Natural para evitar su integración con Endesa, mientras que en 2001 fue la decisión del Ejecutivo, que asumió íntegramente el informe del Tribunal de Defensa de la Competencia, lo que hizo a Endesa e Iberdrola desistir de sus planes de integración.
Entre estas últimas, el sector no olvida los intentos de fusión de Repsol con Iberdrola de 1999 o la operación presentada en otoño de 2000 por la petrolera y Gas Natural para evitar su integración con Endesa, mientras que en 2001 fue la decisión del Ejecutivo, que asumió íntegramente el informe del Tribunal de Defensa de la Competencia, lo que hizo a Endesa e Iberdrola desistir de sus planes de integración.
El camino hacia una gran fusión energética pareció quedar despejado después de las declaraciones del ministro de Industria, Turismo y Comercio, José Montilla, en las que se mostraba partidario de crear "grupos empresariales potentes, capaces de competir en un mercado globalizado". A la posible consonancia entre el Ejecutivo y la CNE, que la oposición ya se ha apresurado a denunciar al tildar el nombramiento de Costa de "partidista", se suman los intentos de “La Caixa” de crear un grupo energético y la toma de posición de Caja Madrid en Endesa, donde ha incrementado su participación hasta el 9 por ciento y ha solicitado una vicepresidencia y dos consejeros.
Además, el pasado jueves el BBVA, accionista de referencia de Repsol YPF e Iberdrola decidió abandonar el Consejo de Administración de la petrolera en vez del de la eléctrica, donde goza de una mejor relación con la dirección, forzado por una resolución de la CNE. En este sentido, el desembarco de Antoni Brufau en Repsol YPF el pasado otoño, un hombre cercano a la caja catalana y que presidió Gas Natural durante siete años, dejó claro quién lleva las riendas en Repsol y cerró las heridas abiertas por la OPA sobre Iberdrola, que enfrentó a los consejeros de la gasista y a los de Repsol YPF.