(Libertad Digital) Esta tasa del 5,1 por ciento es la más alta que se registra desde enero de 1997, cuando el INE comenzó a elaborar esta serie, y con ella se traspasa por primera vez la barrera del 5 por ciento, tras haber estado siete meses consecutivos moviéndose entre el 4,1 por ciento y el 4,7 por ciento. Hace un año el IPC armonizado estaba en el 2,5 por ciento, prácticamente la mitad de la tasa actual.
Excepto el descenso de cuatro décimas registrado en abril, cuando se situó en el 4,2 por ciento, la inflación armonizada no ha dejado de subir desde septiembre de 2007, según el indicador adelantado del Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), difundido por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Pese a ser un indicador orientativo, el IPCA apenas suele variar de la tasa de IPC general que, impulsada por el precio del petróleo y de algunos alimentos, escaló en mayo hasta el 4,6 por ciento, su nivel más elevado en trece años.
En el caso de que el IPCA de junio coincida con la tasa general de inflación española (IPC), se trataría de la más elevada desde junio de 1995, cuando también se situó en el 5,1 por ciento, y sería 2,7 puntos superior a la de junio de 2007.
El petróleo y los alimentos no paran de subir
El encarecimiento del petróleo y los alimentos son las principales causas de la elevada tasa de inflación. En los últimos meses, el precio del Brent ha alcanzado máximos históricos llegando a superar en junio los 135 dólares por barril. Además, el presidente de la OPEP, Chakib Jelil, prevé que el precio del petróleo se sitúe "probablemente" en niveles de "150 a 170 dólares" durante este verano, y que en caso de crisis política mundial podrían llegar a ser posibles cifras, 200, 300 ó 400 dólares.
Además del fuerte encarecimiento del petróleo, a los españoles cada vez nos sale más cara la cesta de la compra. Así, atendiendo a los datos del IPC de mayo, la leche cuesta casi un 25 por ciento más que hace un año, los huevos han subido de precio un 13 por ciento, las frutas frescas cuestan casi un 12 por ciento más, el pan se ha encarecido cerca de un 11 por ciento y los productos lácteos valen un 10 por ciento más si se comparan con el precio que tenían un año atrás.
Podría alcanzar el 6 por ciento el año que viene
El gran salto de la inflación española se produjo en octubre del año pasado, cuando pasó de un 2,7 por ciento a un 3,6 por ciento. A partir de ahí, el IPC "se plantó" en tasas del 4 por ciento, muy lejos del objetivo del 2 por ciento fijado por el Banco Central Europeo (BCE) para el conjunto del ejercicio.
El Ejecutivo español asumió hace ya tiempo que esa tasa del 2 por ciento era inalcanzable, con unos precios del crudo que superan en más de un 80 por ciento los existentes hace un año. Así, el Ministerio de Economía y Hacienda empezó a hablar de tasas cercanas al 3 por ciento, pero esta misma semana, el propio vicepresidente económico, Pedro Solbes, ha aventurado que 2008 se cerrará con una inflación próxima al 4 por ciento.
La Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS) afirmaba recientemente que la tasa de inflación se situaría entre el 4 y el 5,1 por ciento en 2008, dependiendo de la evolución del precio del crudo. Según las predicciones del Gabinete de Coyuntura y Estadística de la Fundación, si el barril alcanza los 150 dólares a finales de 2008, España sufrirá una inflación del 5,9 por ciento a mediados del próximo año.