Lo anunció el pasado viernes junto al presidente de Francia, Nicolas Sarkozy. El jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, no se conforma con aumentar la presión fiscal en un 1,5% del PIB (unos 16.000 millones de euros) mediante una subida de impuestos directos, indirectos (IVA) y especiales (gasolina, alcohol y tabaco).
El Ejecutivo está estudiando crear nuevas figuras tributarias con la excusa de combatir el cambio climático y reducir la contaminación. Zapatero advirtió la pasada semana de que la fiscalidad verde es uno de los campos en los que están trabajando la mayoría de los países desarrollados, incluida España.
Es sintomático que el presidente hiciera, precisamente, esta afirmación en presencia Sarkozy, que la pasada semana anunció la puesta en marcha de una nueva tasa que gravará con 17 euros cada tonelada de CO2 que se emita en el país. La lucha contra el cambio climático obliga a ser "exigente" con la contaminación y, según Zapatero, una manera de serlo es a través de los impuestos que gravan la emisión de gases contaminantes.
De este modo, el jefe del Ejecutivo está avanzando una nueva subida de impuestos, que se sumaría al aumento de la presión fiscal que anunció el Gobierno. Francia aplicará un nuevo impuesto que obligará a pagar, a partir de 2010, 17 euros por cada tonelada de dióxido de carbono que se emita por el uso de petróleo, gas y carbón, aunque Sarkozy aclaró que, de momento, la electricidad queda excluida porque, gracias al parque nuclear francés, no genera grandes emisiones de CO2, a diferencia del parque español.
De este modo, las familias y empresas francesas tendrán que sufrir un aumento de 4,5 céntimos en el litro de fuel, 4 céntimos por litro en el caso de la gasolina y 0,4 céntimos por kilovatio por hora para el gas, según las cifras oficiales.
Zapatero indicó que la nueva tasa francesa "es una idea interesante, que hay que tener en cuenta, y un camino que se va a abrir en todos los países". De hecho, la Ley de Economía Sostenible que prepara el Gobierno revisará la "fiscalidad ambiental", y deja la puerta abierta a la creación de nuevos impuestos verdes. De aplicarse, el Gobierno encarecerá todavía más el coste energético de empresas y familias, con nuevas subidas en el precio de la gasolina, el gas y la electricidad, tal y como muestra ha sucedido en Francia.
De momento, lo único que se conoce es que la subida impositiva alcanzará los 15.000 millones de euros (el 1,5% del PIB) y que, además de tocar la imposición indirecta, el Gobierno pretende eliminar la deducción de 400 euros en el IRPF, que permitiría ingresar unos 5.000 millones más, así como elevar la tributación de las rentas del capital y de las plusvalías.
En concreto, el Ejecutivo estudia subir en dos puntos el impuesto sobre plusvalías, que pasaría del 18% al 20%, y aumentar, una vez más, los impuestos del alcohol, el tabaco y los hidrocarburos (el litro podría subir unos 15 céntimos). Zapatero también quiere meterle mano al IVA y contempla una subida de hasta dos puntos.
La fiscalidad verde de Zapatero encarecerá la factura de la luz
El Gobierno no sólo subirá los impuestos directos, el IVA y los impuestos especiales sino que, además, estudia crear nuevos impuestos verdes con la excusa del cambio climático. La nueva fiscalidad medioambiental amenaza con encarecer, aún más, el coste de la energía para familias y empresas.
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