(Libertad Digital) Cuando el senador popular Pío García Escudero interrogó al presidente Zapatero por la importante escalada experimentada en el precio de los alimentos básicos, el jefe del Ejecutivo se limitó a decir que "sólo le ha faltado a usted preguntarme por el precio de los garbanzos y pedir la dimisión de Felipe González". Zapatero atribuía la actitud del senador popular al "pesimismo" y le invitaba a compartir con él un optimismo y una actitud más positiva ante la vida.
Pues bien, según la encuesta que publica este sábado el diario El Mundo, el pesimismo que Zapatero atribuía sólo a Pío García Escudero y por extensión al resto del Partido Popular, podría habérselo atribuido a su vez al 93 por ciento de los españoles. Según el estudio realizado por Sigma Dos para el rotativo de Pedro J. Ramírez, un 93 por ciento de los españoles nota mucho o bastante la subida de precios básicos de la cesta de la compra.
Especialmente significativo resulta que según este estudio son los votantes de Izquierda Unida y del Partido Socialista quienes menos notan esta subida (un 49 y un 50 por ciento respectivamente) respecto de los votantes del partido popular, que afirman notar mucho la subida del precio de la compra un 63 por ciento de ellos.
Otro de los datos relevantes de esta encuesta es la percepción que los
españoles tienen de la evolución de la economía nacional. Una apreciación que parece ir en dirección opuesta al triunfalismo mostrado por el presidente del Gobierno. Mientras Zapatero alardea de los resultados de la Bolsa española y se afana en repetir que su gobierno es el único que ha mantenido durante todos los años de legislatura superávit de las cuentas públicas, el pesimismo sobre el futuro de nuestra economía se ha disparado 15 puntos en sólo dos meses.
Un pesimismo al que podría haber ayudado el alza de los precios, así como los numerosos informes que rebajan las previsiones de crecimiento para España. El último en sumarse a esta tendencia fue Bruselas. Precisamente el ex candidato socialista a La Moncloa, Joaquín Almunia, era el encargado de dar la mala noticia. En cualquier caso, el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero continúa manteniendo sus previsiones de crecimiento por encima del 3 por ciento para 2008.