LD (EFE) El retroceso del último trimestre se debe a una ligera desaceleración del consumo, la bajada de las inversiones y el impacto negativo de los inventarios. El PIB de Francia había crecido un 2,1 por ciento en 2001 y un 3,8 por ciento en 2000. Sin embargo, la contracción en el cuarto trimestre no permite hablar de recesión ya que, para ello, se requieren dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo. Para el primer trimestre de 2003, el INSEE ha pronosticado un avance del PIB del 0,3 por ciento y otro tanto en el segundo trimestre.
Las cifras sobre las finanzas públicas confirman los cálculos de la Comisión Europea, ya que el déficit de Francia superó en una décima el techo del 3 por ciento del PIB fijado por el Pacto de Estabilidad. La Comisión Europea y el Gobierno francés han indicado que en 2003 los números rojos se agravarán y rebasarán de nuevo el techo del Pacto de Estabilidad. La deuda pública francesa alcanzó el 59 por ciento del PIB en 2002 (justo por debajo del máximo del 60 por ciento fijado por el Pacto de Estabilidad).
El INSEE señala que la economía francesa se ralentizó por segundo año consecutivo, como en el conjunto de la zona euro. El menor ritmo de creación de empleo frenó la masa salarial, aunque las reducciones de impuestos y el incremento de las prestaciones sociales limitaron la ralentización de los ingresos brutos disponibles.
El índice de ahorro de los hogares continuó su progresión y sus gastos de consumo bajaron "ligeramente". El consumo total, que incluye los gastos apoyados por las administraciones públicas, sigue siendo "el único puntal interno" del crecimiento económico, ya que las empresas reducen su demanda, aplazan sus proyectos de inversiones y reducen sus inventarios.
Las cifras sobre las finanzas públicas confirman los cálculos de la Comisión Europea, ya que el déficit de Francia superó en una décima el techo del 3 por ciento del PIB fijado por el Pacto de Estabilidad. La Comisión Europea y el Gobierno francés han indicado que en 2003 los números rojos se agravarán y rebasarán de nuevo el techo del Pacto de Estabilidad. La deuda pública francesa alcanzó el 59 por ciento del PIB en 2002 (justo por debajo del máximo del 60 por ciento fijado por el Pacto de Estabilidad).
El INSEE señala que la economía francesa se ralentizó por segundo año consecutivo, como en el conjunto de la zona euro. El menor ritmo de creación de empleo frenó la masa salarial, aunque las reducciones de impuestos y el incremento de las prestaciones sociales limitaron la ralentización de los ingresos brutos disponibles.
El índice de ahorro de los hogares continuó su progresión y sus gastos de consumo bajaron "ligeramente". El consumo total, que incluye los gastos apoyados por las administraciones públicas, sigue siendo "el único puntal interno" del crecimiento económico, ya que las empresas reducen su demanda, aplazan sus proyectos de inversiones y reducen sus inventarios.