El crecimiento económico intertrimestral anualizado ha decrecido hasta un 1,6 por ciento, tras el exiguo avance del 0,3 por ciento del primer trimestre de 2008.
La debilidad de la economía española también se observa en comparación con el aumento del PIB que registran otros países europeos.
La inflación se ha duplicado en los últimos cuatro años, desde el 2,2 hasta el 4,7 por ciento (dato del pasado mes de mayo). Sin embargo, el último dato de junio aún es peor, ya que la inflación a día de hoy supera el 5 por ciento interanual.
El alza del Euribor tampoco ha dado un respiro. El último dato mensual sitúa este índice en el 5,3 por ciento, encareciendo la hipoteca media en casi 900 euros al año.
Pese a que las familas españolas han visto deteriorado su poder adquisitivo, debido precisamente a la inflación y el aumento de las cuotas hipotecarias, la presión tributaria no ha contribuido a facilitar la situación, puesto que ésta también se ha incrementado a lo largo de los últimos años. En concreto, un 3,2 por ciento según el estudio.
Mientras, el déficit por cuenta corriente (es decir, la necesidad de financiación exterior de la economía española) casi se ha triplicado en la última legislatura.
En este sentido, la necesidad de financiación es la más alta del mundo medida en términos de PIB y, por lo tanto, también de la UE.
Algo similar ha pasado igualmente con la deuda externa, ya que ha aumentado un 39,7 por ciento con respecto al PIB nacional.
Al mismo tiempo, los impagos de las empresas se han disparado, hasta el punto de que el número de compañías en declaración concursal (antigua suspensión de pagos) ha aumentado un 88,6 por ciento durante este período.
Pese a la evidencia de los datos y los estudios comparativos, Zapatero insiste en que España aún puede lograr pleno empleo, que la economía crecerá por encima de la media de la UE y que en 2009 recuperará el potencial de crecimiento económico logrado durante los últimos años.