(Libertad Digital) Las familias que no pueden hacer frente a sus hipotecas crece más de un 200 por cien en sólo tres meses. Además, el precio de las viviendas de segunda mano siguen bajando, el frenazo en la construcción ha contribuido a que el sistema sea incapaz de generar empleo tras cosechar el mayor aumento del paro desde la crisis de 1993.
La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicaba, de pasada, que el consumo al por menor (compras domésticas) había caído a niveles de crisis con un desplome espectacular, los peores datos desde que se contabilizan (1996), con una caída del 4,4 por ciento.
Además, en enero, el Índice de Gestión de Compras (PMI) correspondiente a todos los sectores españoles sufrió su mayor caída mensual en los ocho años de historia de este índice al registrar 46,3 puntos frente a los 50,7 de diciembre. Un índice inferior a 50 puntos señala una caída de la producción/actividad durante el mes anterior, mientras que si es superior a 50 muestra un aumento.
Este lunes, un nuevo indicador ha arrojado niveles de crisis. Se trata del Índice de Confianza de los Consumidores (ICC-ICO), que se ha desplomado al nivel más bajo de sus cuatro años de historia. En sólo un mes, ha perdido 9,3 puntos y ha registrado en abril su valor más bajo (63,8 puntos). Si comparamos este indicador con el mismo mes de 2007, el desplome es de 30,6 puntos.
El ICO dice ahora que esta caída puede provocar que la desaceleración del consumo de los hogares en los próximos trimestres sea mucho más rápida e intensa de lo que tenía previsto.
Una posición muy diferente a la que exhibió hace algo más de dos meses. Aurelio Martínez, presidente del ICO, aseguraba el pasado mes de febrero que el “catastrofismo” de algunas previsiones sobre la economía española iba a desaparecer a partir del mes de marzo, cuando se superaría, según sus previsiones, el actual "periodo de desaceleración". Tan seguro estaba de lo que decía que llegó a mostrarse desafiante "Si esto es una crisis", dijo "que vengan muchas como esta".
Lejos de abandonar su optimismo, este lunes, Martinez ha pedido que tengamos en cuenta que aunque la percepción de la economía en este momento es peor que hace seis meses, pero, en su opinión, esto no significa que vaya mal. Para justificar esta postura señaló que no es trasladable el ritmo de desaceleración económica desde enero a marzo, sino que también es muy importante atender a los buenos resultados de la banca española en estos meses.
A su juicio, estos resultados darán una mayor facilidad de acceso al crédito y una mejor financiación a la empresa privada, por lo que la previsión del Gobierno de que la economía crecerá este año un 2,3 por ciento es "bastante realista", añadió Martínez. Finalmente, ha terminado reconociendo que la caída del consumo podría ser más rápida e intensa de lo previsto.
Pero el deterioro de nuestra economía es más que evidente. Así lo señala el banco nacional de París, PNB Paribas, quien destaca que confianza de los hogares en España "ha colapsado". No obstante, advierte que "no es una sorpresa real, en tanto en cuanto, la mayoría de los indicadores están cayendo en España" y recuerda los precios altos y el aumento del paro. Sobre el mercado inmobiliario y el sector de la construcción señala que su fuerte frenazo "oscurece las perspectivas de crecimiento".