LD (EFE) Bruselas advierte también del riesgo para el crecimiento si se produce un "ajuste desordenado" de precios en el mercado inmobiliario en aquellos Estados en los que la elevada deuda familiar se combina con precios de la vivienda muy altos.
En su último informe trimestral sobre la economía de los Doce, el Ejecutivo de la UE califica de "preocupante" la situación crediticia de los hogares de la zona y, así, destaca que a final de 2005 el endeudamiento familiar superaba el 60 por ciento del PIB nacional en la mitad de los países.
A la cabeza se situaban Irlanda, Luxemburgo y Holanda, con tasas superiores al 70 por ciento del PIB, seguidos de España y Portugal, muy cerca de esa cifra.
Bruselas advierte de que, si se mantiene los próximos años el actual ritmo de aumento del crédito, en 2008 la deuda de los hogares equivaldrá a cerca del 120 por ciento del PIB en Irlanda, 100 por cien en Holanda y 95 por ciento en España.
Según la Comisión, este elevado ratio de endeudamiento familiar hace a estos países especialmente "vulnerables" al aumento de los costes de financiación derivados de los crecientes tipos de interés, lo que puede tener implicaciones negativas en el consumo privado. Reseña, además, que la subida de los tipos tendrá una repercusión aún más acusada en aquellos hogares cuyos créditos son a tipo variable, variedad predominante en los mercados financieros de España, Irlanda, Italia, Portugal y Finlandia.
El informe afirma también que un ajuste desordenado de los precios de la vivienda es un "riesgo específico" para el crecimiento de aquellos Estados miembros en los que la cuantiosa deuda familiar va acompañada de encarecimientos significativos en el mercado inmobiliario.
La Comisión admite que hipotéticas "turbulencias" en los mercados financieros pueden acabar afectando a la economía real, vía reducción de la inversión o del consumo de los hogares, dados los niveles de endeudamiento históricamente elevados en el sector privado –de las familias, pero también de las empresas–. Según la CE, este escenario no supone un auténtico problema para la economía del área en su conjunto, pero insiste en los riesgos que afrontan los países que combinan creciente endeudamiento familiar y precios elevados de la vivienda.
En su último informe trimestral sobre la economía de los Doce, el Ejecutivo de la UE califica de "preocupante" la situación crediticia de los hogares de la zona y, así, destaca que a final de 2005 el endeudamiento familiar superaba el 60 por ciento del PIB nacional en la mitad de los países.
A la cabeza se situaban Irlanda, Luxemburgo y Holanda, con tasas superiores al 70 por ciento del PIB, seguidos de España y Portugal, muy cerca de esa cifra.
Bruselas advierte de que, si se mantiene los próximos años el actual ritmo de aumento del crédito, en 2008 la deuda de los hogares equivaldrá a cerca del 120 por ciento del PIB en Irlanda, 100 por cien en Holanda y 95 por ciento en España.
Según la Comisión, este elevado ratio de endeudamiento familiar hace a estos países especialmente "vulnerables" al aumento de los costes de financiación derivados de los crecientes tipos de interés, lo que puede tener implicaciones negativas en el consumo privado. Reseña, además, que la subida de los tipos tendrá una repercusión aún más acusada en aquellos hogares cuyos créditos son a tipo variable, variedad predominante en los mercados financieros de España, Irlanda, Italia, Portugal y Finlandia.
El informe afirma también que un ajuste desordenado de los precios de la vivienda es un "riesgo específico" para el crecimiento de aquellos Estados miembros en los que la cuantiosa deuda familiar va acompañada de encarecimientos significativos en el mercado inmobiliario.
La Comisión admite que hipotéticas "turbulencias" en los mercados financieros pueden acabar afectando a la economía real, vía reducción de la inversión o del consumo de los hogares, dados los niveles de endeudamiento históricamente elevados en el sector privado –de las familias, pero también de las empresas–. Según la CE, este escenario no supone un auténtico problema para la economía del área en su conjunto, pero insiste en los riesgos que afrontan los países que combinan creciente endeudamiento familiar y precios elevados de la vivienda.