(Libertad Digital) De esta forma, la caja de ahorros catalana mantiene un elevado índice de rentabilidad sobre recursos propios (RoE), del 14,8%, constatando que la crisis financiera ha reducido las ganancias del grupo, pero no ha entrado en números rojos, como ha ocurrido en el resto de países europeos y en EEUU.
El presidente de La Caixa, Isidre Fainé, realizó un repaso de la tormenta financiera durante la rueda de prensa de presentación de resultados. El directivo admitió la gravedad de la situación y manifestó la necesidad de “recuperar la confianza”. A este respecto, destacó los elevados déficits en los que entrarán los estados como consecuencia del aumento del gasto público, aunque los consideró unos de los pilares para volver a la senda del crecimiento.
“Este año va a ser un año de inflexión, vamos a continuar bajando, pero en la segunda mitad del año las tres grandes economías (UE, EEUU, Japón) van a recuperar el terreno perdido y estoy convencido de que así será”, explicó.
Fainé afirmó que se producirá una bajada de los precios –la temida deflación- como consecuencia de los bajos tipos de interés, pero indicó que “aunque ahora estemos en el barro terminaremos viendo la luz. El directivo citó las cuatro tendencias del negocio bancario en 2009: menores tensiones de liquidez, incremento de la morosidad, primas de riesgo al alza, resultados a la baja
En cuanto al negocio de la caja en 2008, las dotaciones extraordinarias alcanzaron los 250 millones de euros, lo que lastró el beneficio, aunque la actividad bancaria arrojó saldos positivos. Los créditos subieron un 9%, hasta los 176.100 millones. Por su parte, el volumen de negocio subió un 6,9%, para situarse en 414.507. Las dotaciones son “por lo que pueda venir”, señaló Fainé.
Los recursos de clientes se incrementaron un 5,4%, hasta 238.407 millones de euros, partida en la que destaca la subida del 10,8% en los depósitos. Además, el repunte de los fondos de inversión fue del 4,9% y el negocio de seguros y pensiones subió un 7,3%.
En relación con la liquidez, la disponibilidad de la caja catalana es de 22.262 millones de euros, de los que más de 15.000 millones están en el balance de la entidad. La morosidad a diciembre fue del 2,48%, con una cobertura sobre activos dudosos del 61%.