LD (EFE) "España es un gran país... la octava economía del mundo. Creo que su lugar no está en una silla francesa", dijo Juncker, primer ministro de Luxemburgo, en una conferencia de prensa tras la cumbre de líderes de la UE en Bruselas. "España no tiene vocación de ocupar una silla francesa a medias, tiene vocación de ser un miembro pleno del G-20", recalcó.
Francia ha ofrecido a España uno de los dos puestos que le corresponden actualmente en el G-20 para que pueda asistir a la cumbre que impulsará en Washington, el 15 de noviembre, el proceso de reforma del sistema financiero internacional. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo que quedan problemas por resolver, entre los cuales citó a Holanda, que también desea asistir a esa cita.
Al respecto, Juncker señaló de forma diplomática que, aunque no sabe si España y Holanda serán invitadas a la reunión de Washington, el "lugar natural" de ambos países está ahí. El responsable europeo destacó que el problema sobre la asistencia a la cumbre del G-20 es que no hay "una instancia internacional plenamente legitimada" para tratar la cuestión, ya que "el mundo de las finanzas internacionales está insuficientemente estructurado".
En este sentido, recordó que "el G7 no es la formación buena", ya que desde hace años estaba advirtiendo sin éxito a EEUU de los peligros de las hipotecas "subprime" (de alto riesgo), de la burbuja inmobiliaria y de su doble déficit (fiscal y comercial). "Si en el G7 no se escucha lo suficiente lo que dicen los europeos, que tampoco están libres de falta, ¿cómo queremos que en el G-20 se descubra el cenáculo de virtudes que no han sido el G7 o el G8?", se preguntó.