Y despues llegará el corralito. Por supuesto avisarán antes a Botines y Entrecanales para que pongan a buen recaudo sus pastones.

Sr. Ocaña, tengo algunas ideas que seguramente le sirvan: suprima todas las subvenciones a sindicatos, cine español, SGAE, lobbys gay y feminista y partidos políticos. Venda todos los coches oficiales de ministro para abajo. Cierre todas las oficinas de representación de los gobiernos regionales fuera de su territorio. Reduzca a la cuarta parte el número de altos cargos. Suprima todos los puestos de asesores externos, y cubra todas las asesorías y gabinetes con funcionarios de carrera. Divida por 10 el número de parlamentarios autonómicos. Congele la contratación de funcionarios por 20 años y no renueve a su vencimiento los contratos interinos.

Seguro que así sí que nos salen las cuentas sin necesidad de subir aún más los desorbitados impuestos que pagamos (solo) los asalariados.

Zapatero dimisión

votantes socialistas ya que odiais españa porque narices no os vais a otro pais y nos dejais tranquilos!!!!!!

Voy a pedir la independencia de mi CCAA para no tener que aguantar a este xxxxxxx de zp nunca mas.

Esto se venia venir,tras 5 largos años lapidando el dinero de las arcas,si seguimos dandoles,les daremos a entender que ellos pueden hacer con nuestro esfuerzo,sudor lo que les de la gana,demostremos que eso no es así,y que sepan de una vez por todas que en primer lugar estan nuestras familias,y en el caso que sobrase, lo cual dudo entonces se le podria arrimar al fisco.

Pues si los expertos de hacienda dan con la fórmula de aumentar los impuestos sin "cercenar aún más la capacidad adquisitiva de los ciudadanos", seguro que les dan el Nobel de Economía. Ocuparán sin duda un lugar destacado en el Panteón de los Ilustres junto con el inventor de motor de agua, el del perpetuum mobile y el de la cuadratura del círculo.

El problema será que si -como me temo- el invento resulta una gilipollez, estamos perdidos -más aún-. El asunto me recuerda un viejo chiste que contaba mi abuelo. En una terrible tormenta en medio del Pacífico, el capitán del barco, tras escrutar ansioso sus cartas náuticas, se vuelve a su Segundo y señalando un punto diminuto en el mapa exclama: Si es una isla estamos salvados ¡Pero como sea una cagada de mosca...!

¿Pero alguien pensaba de verdad que las ayuadas a los pobres banqueros y el billón y medio de pesetas para los sociolistos en forma de obras son amores los pagaba el gobierno?

¡Ay! no va a escarmentar el pueblo soberano hasta que no se eche el Otoño encima. Y, entonces, ¡a seguir tragando!.