(Libertad Digital) Los ingresos fiscales del Estado han caído en lo que va de año debido a la crisis. En el primer trimestre se recaudó un 6 por ciento menos por IVA y un 3,6 por ciento menos por impuestos indirectos. La Agencia Tributaria parece decidida a corregir esta situación y planea una reforma del régimen fiscal de los pequeños negocios que tributan por el régimen de módulos, así como una inspección de las facturas superiores a 36.000 euros que podría resultar ruinosa para muchos pequeños empresarios.
Después de escuchar decir al secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, que el sistema de tributación por módulos está desfasado, los pequeños empresarios están empezando a recibir la notificación de que van a revisar sus facturas superiores a 36.000 euros. Según publica Expansión, esta inspección se basa en que, según las normativas locales, los negocios que emiten facturas superiores a este importe no pueden acogerse a los beneficios que otorga el sistema de tributación por módulos.
Según este diario, la cuestión es que este requisito no aparece en la normativa específica de módulos sino en la regulación del Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), un tributo local del que están exentas las pymes. Por eso, muchos de los contribuyentes que serán ahora inspeccionados por Hacienda creían estar actuando dentro de la ley.
El resultado puede tener un impacto más que notable para estos contribuyentes en un momento en el que la crisis no les está provocando muy buenas noticias, ya que algunas inspecciones de las inspecciones podrían acabar chequeando no sólo el último ejercicio fiscal, sino los tres previos. De esta forma, el contribuyente podría tener que pagar lo ahorrado de forma ilícita a ojos de la Agencia Tributaria a lo largo de un periodo de cuatro años.
El motivo de las inspecciones ha cogido por sorpresa a muchos de los profesionales, tiendas, supermercados y el resto de pequeños negocios que pueden acogerse al esquema de tributación por módulos. En concreto, los negocios que no facturan más de 450.000 euros anuales y que no realizan compras, a excepción del inmovilizado, superiores a 300.000 euros por año puede elegir este mecanismo de pago de impuestos en el IRPF.
El sistema de módulos está prácticamente exento de trámites formales y el pago fiscal no responde a la facturación del negocio. En cambio, se calcula en base a criterios como los metros de barra de un bar o los metros cuadrados de un negocio, la cifra de personal contratado, el consumo de energía o de determinados productos. Esto no sólo supone un alivio de peso burocrático, sino también una menor cantidad de impuestos.