El rescate de los países periféricos europeos está dejando por el camino mucho más que unos cuantos miles de millones de euros. También la reiterada cohesión europea está sufriendo los envites de una crisis que nadie preveía hace apenas tres años.
Desde hace unos meses, la lucha se ha establecido entre quienes quieren ampliar los términos de ese rescate (a través de diversos instrumentos, como los eurobonos o el incremento del Fondo de Rescate) y los que apuestan porque los acreedores de los países en problemas asuman parte del coste de su caída. Alemania (y el BCE en menos medida) pertenecen a este segundo grupo; las instituciones comunitarias y los demás grandes países de la UE, al primero.
En los últimos días, ha sido Jean-Claude Juncker, el presidente del Eurogrupo y de Luxemburgo, el que con más insistencia ha pedido un mayor esfuerzo de los países de la eurozona (es decir, de sus contribuyentes). Pero este miércoles, ha dado un paso más allá y se ha descolgado con unas declaraciones durísimas contra Alemania, después de que el Gobierno germano se negase a la emisión de eurobonos, la idea que el propio Juncker lanzó el pasado lunes a través de un artículo en el Financial Times. El Eurogrupo es la reunión institucionalizada que congrega, al menos una vez al mes, a los ministros de Economía y Finanzas de los países de la Eurozona.
Las declaraciones
Juncker ha criticado la postura de Alemania por rechazar la idea de crear un bono soberano de la zona euro "incluso antes de estudiarla", por lo que ha acusado al país germano de "antieuropeo" y de tener "un pensamiento un poco simplista".
"Están rechazando una idea antes de estudiarla. Estoy sorprendido. Esta manera de crear temas tabúes en Europa y de no atender a las ideas de los demás es una manera muy antieuropea de gestionar los asuntos europeos", aseguró Juncker en una entrevista concedida al diario alemán Die Zeit.
Juncker respondía así a las críticas realizadas desde el Gobierno germano a la propuesta que había realizada esta semana junto al ministro de Finanzas de Italia, Giulio Termonti, de emitir bonos conjuntos en la eurozona.
En este sentido, el presidente de Luxemburgo defendió que su propuesta en ningún momento recoge un tipo de interés uniforme, algo que había sido criticado por la canciller alemana, Angela Merkel, sino que, aunque se emita a nivel europeo, gran parte será a tipos nacionales.
El BCE, con Merkel
Sin embargo, apenas unas horas después de las declaraciones de Juncker, el economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), el alemán Jürgen Stark, ha mostrado su oposición a la emisión de eurobonos, ya que considera que cada país debe responder por sus deudas. En una entrevista con el diario Süddeutsche Zeitung, publicada este miércoles, Stark dijo que el BCE compra deuda pública para garantizar la transmisión de la política monetaria, pero no para financiar a estados.
Añadió que "no tenemos una crisis de divisa (del euro), sino una crisis de las finanzas públicas en algunos países. El BCE espera por ello que los jefes de Gobierno de la Unión Europea (UE) reflexionen sobre la legislación presupuestaria para la Unión Monetaria. Lo que se ha puesto sobre la mesa, no puede ser la última palabra. Eso lo confirmaron por desgracia los movimientos de los mercados la semana pasada".
Preguntado por la emisión de una deuda pública común de los países de la zona del euro (eurobonos), Stark enfatizó que "cada país debe responder por sus propias deudas". El BCE intensificó la compra de deuda pública la semana pasada a 1.965 millones de euros (2.594 millones de dólares), en un momento de tensiones en los mercados de deuda soberana que dispararon las primas de riesgo de países como Irlanda, Portugal, España y Bélgica.