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Grecia rechaza las condiciones del FMI y pide renegociar su rescate

Incomprensible. El Gobierno de Atenas rechaza las condiciones que exige el FMI a cambio de apoyo financiero. Los mercados no entienden esta actitud dada su difícil situación. Mientras, la fuga de capitales se acentúa y los griegos trasladan sus depósitos al extranjero.

Shock en los mercados a primera hora de este miércoles. Un grupo de expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de desembarcar en Atenas con el objetivo de "aportar asistencia técnica" en el área fiscal al país heleno.

El Gobierno ha insistido en los últimos días en que la visita del FMI responde a cuestiones técnicas y que, en ningún caso, está negociando las condiciones de un posible rescate con el organismo internacional. Sin embargo, la realidad es bien distinta. Atenas negocia dicho rescate con el FMI, pero rechaza de momento aplicar las durísimas medidas de ajuste fiscal que exige el Fondo.

Así, según Market News International, el Gobierno griego quiere modificar el acuerdo alcanzado por los líderes europeos el pasado marzo para rescatar a Grecia si se agravan sus problemas de endeudamiento, y que consiste en préstamos bilaterales voluntarios completados por una aportación del FMI. El ejecutivo heleno considera intolerables las estrictas condiciones a cambio de ayuda.

Atenas pretende ahora renegociar el plan de rescate acordado en el seno del Eurogrupo para lograr condiciones mucho más flexibles. Este movimiento ha desconcertado a los mercados. Los inversores no entienden la negativa de Atenas dada su delicadísima situación financiera. La incertidumbre se ha materializado en un aumento en el coste de la deuda helena. La rentabilidad de los bonos a 10 años suben hasta el 7,15% frente al 6,15 de hace apenas diez días. El diferencial (spread) con respecto a la deuda alemana asciende ya a 403 puntos básicos.

Mientras, los credit default swaps (CDS, un seguro contra impago de deuda) de Grecia se dispararon ayer hasta los 392,4 puntos básicos desde los 346 puntos en los que cerró el pasado 1 de abril, lo que implica que el coste de asegurar una emisión de deuda a cinco años por importe de 10 millones de dólares se sitúa en 392.400 euros anuales. Sin embargo, el precio sigue por debajo del récord de 427,2 puntos básicos que alcanzó el pasado 4 de febrero, informa Europa Press.

Un reciente estudio de Credit Market Analysis (CMA) sobre el riesgo de la deuda soberana en el primer trimestre de 2010 recoge que el CDS del país heleno ha sido uno de los que más se ha incrementado en los tres primeros meses del año (+18,5%), sólo superado por Portugal (52,3%), Francia (+46,7%) y Alemania (+20,1%).  

Las dificultades de financiación han obligado al Ejecutivo heleno a cruzar hasta EEUU para tratar de atraer inversores. Grecia se presenta como un “país emergente” ofreciendo buenas rentabilidades por sus bonos. En concreto, tiene previsto lanzar este mes una multimillonaria emisión de bonos denominados en dólares, que oscilará entre 5.000 millones y 10.000 millones de dólares (3.727 millones y 7.454 millones de euros), como resultado de la disminución del interés en Europa por la deuda griega.

Fuga de capitales

Y mientras la incertidumbre crece en torno a un posible rescate por parte del FMI, la fuga de capitales se acentúa en el país. Los griegos desconfían de su banca y están trasladando sus depósitos a entidades extranjeras.

Los ciudadanos más adinerados y las grandes empresas del país tratan de mover su dinero hacia costas más seguras. Grandes entidades foráneas, como HSBC o Société Générale, han recaudado miles de millones de euros en depósitos procedentes de cuentas griegas en las últimas semanas.

En concreto, más de 3.000 millones de euros despositados en entidades griegas han huido al extranjero tan sólo el pasado febrero, mientras que cerca de 5.000 han cambiado de entidad, según las últimas dicfras disponibles del Banco de Grecia. Suiza, Reino Unido y Chipre han sido los mayores receptores de capital heleno, a modo de refugio, dada la inestabilidad que sufre el país y las nuevas subidas de impuestos anunciadas por el Gobierno de Atenas para combatir su déficit fiscal.

¿Problema? La situación de la banca griega es grave. El mercado internacional cerró hace meses el grifo a los bancos helenos, que tan sólo cuentan con los depósitos y las líneas de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) para financiarse a corto plazo. La huida de depósitos agrava la posición de liquidez y solvencia de la banca helena. “Los bancos están preocupados porque no pueden obtener financiación en otros lugares por el momento", según declara John Raymond, analista de CreditSights al diario británico Telegraph.

"Los bancos griegos no serán capaces de aumentar su volumen de préstamos si los depósitos no crecen, y el continuo deterioro de éstos les llevará a reducir aún más los créditos, ahogando así el crecimiento de la economía".

"La mayoría de los banqueros dicen estar muy preocupados por la estabilidad de Grecia y su sistema financiero. Esto, combinado con la cuestión fiscal, está causando mucho nerviosismo entre la gente sobre si mantener su dinero en los bancos nacionales o dentro del país", señala Raymond.

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