(Libertad Digital) La reforma laboral, que atraviesa momentos complicados según han reconocido todas las partes, entra este lunes en su recta final ya que el Ejecutivo quiere tenerla cerrada antes de que finalice el primer trimestre de 2006. Esta determinación es motivo de crítica desde Comisiones Obreras.
Este domingo, en La Razón, su secretario general criticaba que el Gobierno sólo busque el acuerdo "para hacerse la foto". Aunque intentaba desvincular la devolución del patrimonio sindical a UGT de la marcha enconada de las negociaciones, José María Fidalgo se mostraba muy crítico con esta decisión de Zapatero: "En la mesa de negociación esto no nos afecta, pero ahora al Gobierno le miramos de otra manera. No porque quiera favorecer a UGT sino porque ha hecho una operación que creemos ilícita. No dejaremos de censurarlo y de litigar".
A su juicio, los objetivos del Gobierno con esta devolución de patrimonio "tiene que ver más con modificar el mapa sindical que con la restitución de un patrimonio histórico, que de ser tal, nosotros lo defenderíamos a capa y espada, aunque nosotros no tenemos patrimonio histórico". Al final admitía que esta decisión "sobre la mesa del diálogo social puede cambiar las cosas, porque la actitud de las organizaciones sindicales se puede llenar de recelo".