L D (Efe) En una entrevista con "Les Echos", Giscard sugirió que el Gobierno francés haga ya una evaluación "razonable" de los ingresos fiscales que espera para 2004, y "fije como regla" que todo monto suplementario generado por la vuelta del crecimiento económico se destine por entero a la reducción del déficit. El déficit francés rebasó en 2002 el tope del 3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) fijado por el Pacto europeo de Estabilidad, al situarse en un 3,1 por ciento, y este año, alcanzará un 4 por ciento.
La polémica decisión del Gobierno conservador de Jean-Pierre Raffarin, de recortar un 3 por ciento el impuesto sobre la renta en 2004 significa, según los expertos, que el déficit puede oscilar entre un 4 y un 4,5 por ciento del PIB el año próximo. El ministro delegado de Presupuesto, Alain Lambert, advirtió este martes que sólo "en el horizonte de 2006" el déficit francés estará por debajo del tope del Pacto de Estabilidad. "El problema europeo de Francia es la gestión de su déficit", explica Giscard d'Estaing, que el sábado recordó a Raffarin que sus "responsabilidades nacionales se ejercen en un marco europeo", lo que era una "recomendación", no una crítica.
Francia, agrega, puede "legítimamente" utilizar como argumento ante la Comisión Europea que los ingresos fiscales están golpeados por la coyuntura económica, y esgrimir las reglas del tratado de Maastricht que prevén que la lucha contra el déficit puede quedar entre paréntesis en caso de acontecimiento excepcional y temporal. Según Giscard, Francia puede plantear ante Bruselas tres puntos: respeta la convergencia de las políticas económicas, y está en "una situación temporal sometida a azares que deben tomarse en cuenta, y pienso que la Comisión puede entender esta situación particular". El tercer elemento es que "Francia actúa", recalca el ex jefe de estado.
Afirma que Francia debe reducir el gasto público, mostrar sus intenciones en ese frente, y "tomar enseguida disposiciones sobre el déficit", como decidir que todo ingreso fiscal superior a las previsiones en 2002 que sea generado por la vuelta del crecimiento económico se destine por entero a reducir el déficit. En estas condiciones, "creo que la Comisión Europea podrá aceptar y respetar" las decisiones actuales de Francia, concluye Giscard.
La polémica decisión del Gobierno conservador de Jean-Pierre Raffarin, de recortar un 3 por ciento el impuesto sobre la renta en 2004 significa, según los expertos, que el déficit puede oscilar entre un 4 y un 4,5 por ciento del PIB el año próximo. El ministro delegado de Presupuesto, Alain Lambert, advirtió este martes que sólo "en el horizonte de 2006" el déficit francés estará por debajo del tope del Pacto de Estabilidad. "El problema europeo de Francia es la gestión de su déficit", explica Giscard d'Estaing, que el sábado recordó a Raffarin que sus "responsabilidades nacionales se ejercen en un marco europeo", lo que era una "recomendación", no una crítica.
Francia, agrega, puede "legítimamente" utilizar como argumento ante la Comisión Europea que los ingresos fiscales están golpeados por la coyuntura económica, y esgrimir las reglas del tratado de Maastricht que prevén que la lucha contra el déficit puede quedar entre paréntesis en caso de acontecimiento excepcional y temporal. Según Giscard, Francia puede plantear ante Bruselas tres puntos: respeta la convergencia de las políticas económicas, y está en "una situación temporal sometida a azares que deben tomarse en cuenta, y pienso que la Comisión puede entender esta situación particular". El tercer elemento es que "Francia actúa", recalca el ex jefe de estado.
Afirma que Francia debe reducir el gasto público, mostrar sus intenciones en ese frente, y "tomar enseguida disposiciones sobre el déficit", como decidir que todo ingreso fiscal superior a las previsiones en 2002 que sea generado por la vuelta del crecimiento económico se destine por entero a reducir el déficit. En estas condiciones, "creo que la Comisión Europea podrá aceptar y respetar" las decisiones actuales de Francia, concluye Giscard.