La propuesta del secretario colocaría los fondos de alto riesgo (hedge funds) y los mercados de derivados por primera vez bajo la supervisión absoluta del Gobierno federal. Así, estas entidades tendrán que registrarse en la Comisión de Valores estadounidense (SEC).
Geithner explicó que la actual crisis fue provocada, precisamente, por una regulación financiera "inestable y frágil", por lo que ahora "necesitamos normas más duras de apertura, transparencia y sentido común".
El secretario del Tesoro plantea crear además un agente regulador que obligue a las grandes entidades a reforzar su capital, incrementar sus dotaciones en momentos de gran auge del crédito, reducir sus préstamos si fuera necesario o incluso a ser gestionadas por este organismo.
En su comparecencia, el secretario del Tesoro hizo un severo diagnóstico de lo acontecido en los últimos años, en el que el 'boom' del mercado inmobiliario y el crédito cegó a las entidades, que buscaban beneficios a corto plazo, lo que desbordó la capacidad de supervisión del Gobierno y al final dejó a los ciudadanos desprotegidos.
"Necesitamos una supervisión más fuerte y uniforme para todos los productos financieros dirigidos a los consumidores y a los inversores y un endurecimiento de las reglas para asegurarnos que todos los que violan la confianza publica rindan cuenta de sus actos".
La propuesta de Geithner colocará por primera vez bajo el paraguas de supervisión del Gobierno federal a los fondos de alto riesgo, los fondos de capital riesgo, y los mercados de derivados, donde se negocian algunos de los productos más sofisticados y complejos.
Estas entidades tendrán que registrarse en la Comisión de Valores estadounidense (SEC) y quedarán bajo el control de un nuevo agente regulador.
Esta nueva entidad "será la responsable de la estabilidad del sistema" y por tanto, controlará a las grandes entidades con capacidad de provocar un cataclismo financiero si entran en quiebra.
La iniciativa del Tesoro se produce en un momento de gran debate político sobre la intervención del Gobierno estadounidense en el sistema financiero.
EEUU se ha visto obligado a invertir cerca de 70.000 millones para evitar la quiebra del gigante asegurador AIG, ha asumido la gestión de colosos hipotecarios como Fannie Mae y Freddy Mac, y se ha visto obligado a salvar a bancos como Citigroup y Bank of América.
Ahora, con la creación del ente regulador que ha propuesto Geithner, el Gobierno podrá obligar a las grandes entidades a reforzar su capital, a reducir los préstamos, o incluso podrá tomar el control de la gestión en caso de que las firmas tengan dificultades graves.
Otra de las medidas propuestas por Geithner obligarían a los bancos a incrementar sus dotaciones de capital en momentos de gran auge del crédito. De esta manera, se podría evitar colapsos de empresas "demasiado grandes como para quebrar", como es el caso de AIG.
En su comparecencia, el secretario del Tesoro hizo un duro diagnóstico de lo acontecido en los últimos años, en el que el "boom" en el mercado inmobiliario y en el crédito cegó a las entidades, que buscaban beneficios a corto plazo, lo que desbordó la capacidad de supervisión del Gobierno y dejó a los ciudadanos desprotegidos.
"Ahora, se requiere una reforma integral. No debemos poner un parche modesto, sino establecer unas nuevas reglas de juego", dijo en su comparecencia.