LD (Europa Press) El Ayuntamiento de Madrid, a cargo de Alberto Ruiz-Gallardón, baraja la posibilidad de impedir la circulación de los vehículos más contaminantes por el centro de la ciudad a partir de 2010. La medida afectaría a los coches con , al menos, diez años de antigüedad. Es decir, a aquellos conductores con menores recursos económicos para poder renovar su vehículo.
En concreto, el Ayuntamiento madrileño estudia la implantación de una zona de bajas emisiones, a la que sólo podrán acceder los automóviles que cumplan la norma comunitaria sobre emisiones Euro-3.
La norma Euro-3 sobre emisiones contaminantes de los automóviles afectaba a todos los coches que aparecieran después del 1 de enero de 2000, y a todos los automóviles que estuvieran a la venta desde el 1 de enero de 2001. Por consiguiente, la propuesta del Consistorio afectaría a vehículos de más de diez años de antigüedad.
La norma vigente en la actualidad es la llamada Euro 3 (o Fase 3), de obligado cumplimiento para todos los coches que aparezcan después del 1 de enero de 2000, y para todos los que estén en el mercado después del 1 de enero de 2001
Un modelo sin peaje
Así lo anunció hoy a delegada de Medio Ambiente de la capital, Ana Botella, quien explicó que el modelo que se está barajando está más cerca del aplicado en ciudades alemanas, consistente en evitar el acceso al centro de la ciudad de los vehículos más contaminantes, y se aleja del sistema de peaje londinense.
"La zona de bajas emisiones es el aspecto más transversal de la estrategia de calidad del aire, y afectará al conjunto de los vehículos, es decir, tanto al tráfico pesado de camiones o autobuses, como al sector del taxi, el transporte de mercancías y de reparto, así como a los vehículos privados. Su implantación llevará su tiempo", declaró Ana Botella.
La delegada de Medio Ambiente estima que esta 'zona de bajas emisiones' permitirá reducir un 47 por ciento los óxidos de nitrógeno y un 37 por ciento las partículas menores de 10 micras. En todo caso, la nueva regulación exigirá la aprobación de una nueva ordenanza reguladora que será consensuada con los sectores afectados y que incluirá una regulación especial para los vehículos de los residentes.
Según Botella, quien recordó que las medidas impulsadas por el Ayuntamiento permitieron reducir el número de vehículos en circulación un 4,4 por ciento en 2007, las emisiones del tráfico suponen más del 75 por ciento de los óxidos de nitrógeno y partículas en suspensión.