Vivir para creer: La derechona derrochona camuflada de progre cuyo adalid es Gallardón hablando de reducir el gasto. Pero no cualquier gasto. Por supuesto, de palacios y mobiliario superlujoso, entre otros muchos ejemplos que pudieran señalarse, ni mentarlos.

Si a esta chusma se le obligara a devolver de su peculio personal todo derroche, malversación o gasto superfluo ni sus herederos en decenas de generaciones serían capaces de abonar la deuda.

Si lo expresado en la argumentación es verdad, enhorabuena por la decisión tomada.
Eso sí, el dinero ahorrado tiene que pasar a las arcas municipales, que bastante depauperadas están, y no a los bolsillos de Gay-ardón.
Cuidado con esto, que no me fío ni un pelo.