(Libertad Digital) En efecto, en las páginas 296 y 297 del Programa Electoral con el que Alberto Ruiz-Gallardón se presentó a las elecciones del pasado 25 de mayo, se recoge un capítulo titulado "Una tributación más equitativa". Dice el texto que "la reciente modificación" de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales "abre nuevas posibilidades para aumentar la equidad de estas figuras tributarias".
En este apartado, el Programa de Gallardón dice textualmente que "las ordenanzas fiscales municipales harán uso de las posibilidades que ofrece la nueva legislación en materia de tributos locales para ajustar la carga impositiva a la capacidad económica de los contribuyentes y a sus circunstancias personales, económicas y sociales".
La subida del IBI en viviendas desocupadas
En concreto, en lo que se refiere al Impuesto sobre Bienes Inmuebles, el Programa Electoral de Gallardón dice que "se utilizará la capacidad normativa para ajustar los tipos de gravamen de acuerdo con parámetros tales como el uso de los inmuebles o la desocupación de las viviendas". Este punto se refiere a la subida del IBI a las viviendas desocupadas en un 50 por ciento, como permite la nueva Ley de Haciendas Locales, aunque esta medida tardará en aplicarse porque el Ministerio de Hacienda, como ha reconocido Gallardón, todavía no ha desarrollado el reglamento en el que se define qué se puede entender por una vivienda desocupada.
El Programa Electoral continúa refiriéndose al IBI y dice lo siguiente: "Igualmente se utilizará la capacidad normativa en materia de bonificaciones, atendiéndose al principio de suficiencia, para tener en cuenta la capacidad económica indicada por el valor catastral del inmueble, limitar la carga impositiva para las familias numerosas y favorecer el acceso a la vivienda". Este párrafo, del que una primera lectura induce a error porque parece que Gallardón lo único que pretende es bajarle el IBI a las familias numerosas, tiene "trampa" cuando se analiza detalladamente.
Una subida encubierta del IBI a todos los propietarios
Así, como ha denunciado Inés Sabanés, la portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento, lo que pretende Gallardón es recortar las bonificaciones de las que se benefician los madrileños en el pago del IBI. Hasta ahora, dichas bonificaciones suavizaban la subida del IBI, que se calcula sobre la revisión del valor catastral de las viviendas. Sin embargo, lo que ahora pretende el Ayuntamiento es suprimir tales bonificaciones a la mayoría de ciudadanos –excepto a las familias numerosas y poco más–, ya que se calcularán sobre "la capacidad económica" de los propietarios de las viviendas en función del valor catastral del inmueble.
De este modo, el consistorio madrileño no sube el IBI, sino que quita las bonificaciones, que suavizaban en un 25 por ciento el pago por este impuesto. Con esta medida, se calcula el Ayuntamiento ingresará unos 120 millones de euros más sólo por este concepto.
El mismo precepto para otros impuestos
Lo mismo pasa con el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica. Según el Programa Electoral, "se hará uso de las facultades normativas" para lograr la "adecuación a la capacidad económica, modulando los tipos de gravamen en función de aquellos parámetros del vehículo que mejor reflejan la capacidad económica de su titular". Traducción: si su coche tiene más de 20 caballos fiscales, actualmente paga 170 euros al año por circular por Madrid, y con la revisión de Gallardón pagará 199 euros.
Más curiosa es la forma en que Gallardón explicó en su programa que iba subir a los madrileños las licencias de obras de dentro de las casas y el precio cobrado a todos los madrileños por cada permiso de obra, demolición y modificación de planta. El entonces candidato del PP dijo que utilizaría la capacidad normativa municipal para conseguir los siguientes objetivos: "Ayuda a las personas discapacitadas mediante el establecimiento de una bonificación" y "protección del medio ambiente", también mediante el establecimiento de bonificaciones.
Pero la página 297 de su programa a la que se refirió Gallardón nada dice de la decisión de subir 0,4 euros el precio de las entradas a las piscinas municipales y limitar los descuentos para niños. Tampoco habla de incrementar el precio de entrada de los polideportivos municipales o imponer una tasa para la inscripción en ligas de 80 euros para el deporte base. ¿Y de subir lo que se cobra por aparcar en la zona ORA o duplicar el precio de las butacas del Teatro Español? Nada de nada.