LD (EFE) La Ronda de Doha, que se pretendía concluir en 2006, se lanzó en 2001 para profundizar en la liberalización de la agricultura, la industria y los servicios, entre otros, y que de ello se beneficiarán los países menos desarrollados. Las profundas divergencias entre los principales actores de la negociación en materia agrícola, sobre todo en los capítulos de reducción de subsidios internos y ampliación del acceso a los mercados agrícolas, ha llevado a la suspensión de estas negociaciones después de múltiples aplazamientos y fracasos.
"Nos hemos pasado la última salida de la autopista", señaló Mandelson sobre el significado de la suspensión de las negociaciones, de las que dijo que "lo que nos ha faltado para lograr un acuerdo sobre las modalidades no eran demasiados números ni tampoco cifras enormes". Poco antes, la Representante de Comercio de EEUU, Susan Schwab, había defendido la posición de Washington y pidió que "nadie cayera en la tentación de apuntar con el dedo a otro por este fracaso". "Nos sentimos muy decepcionados después de no haber logrado un acuerdo la pasada noche entre el G-6", dijo Schwab, que también pidió que "nadie retire las ofertas que hay encima de la mesa"
La Representante de Comercio de EEUU indicó que su delegación llegó a Ginebra "con flexibilidades" para sacar las negociaciones de la parálisis, pero no encontró la misma disposición de los demás socios comerciales. "Las promesas que se hicieron durante la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8, siete países más ricos del mundo más Rusia) no se materializaron en Ginebra", dijo Schwab, que subrayó que "de las negociaciones de anoche no salió un conjunto de acuerdos que pudiéramos presentar al presidente y al Congreso" de EEUU. Por su parte, el secretario de Agricultura de EEUU, Mike Johanns, admitió que "esto es verdaderamente un fracaso, pero no hay que retirar oferta alguna de la mesa. EEUU está comprometido con el sistema multilateral y con la OMC, así como con la eliminación de las distorsiones comerciales".
"Lo menos que puedo decir es que estoy perplejo. La única explicación para esta ruptura tan categórica es que ha faltado la voluntad política", afirmó en una declaración escrita el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim. Agregó que en estos momentos del proceso, "no es suficiente con decir que no gusta lo que hay sobre la mesa de negociaciones, ni tampoco con culpar a los demás ni esconderse bajo nuestros propias circunstancias políticas".
Por su parte, el ministro de Comercio de Japón, Shoichi Nakagawa, se expresó a favor de finalizar con éxito la negociación y mostró la disposición del Gobierno de Tokio para "superar las dificultades y no caer en una ola de pesimismo"
"Nos hemos pasado la última salida de la autopista", señaló Mandelson sobre el significado de la suspensión de las negociaciones, de las que dijo que "lo que nos ha faltado para lograr un acuerdo sobre las modalidades no eran demasiados números ni tampoco cifras enormes". Poco antes, la Representante de Comercio de EEUU, Susan Schwab, había defendido la posición de Washington y pidió que "nadie cayera en la tentación de apuntar con el dedo a otro por este fracaso". "Nos sentimos muy decepcionados después de no haber logrado un acuerdo la pasada noche entre el G-6", dijo Schwab, que también pidió que "nadie retire las ofertas que hay encima de la mesa"
La Representante de Comercio de EEUU indicó que su delegación llegó a Ginebra "con flexibilidades" para sacar las negociaciones de la parálisis, pero no encontró la misma disposición de los demás socios comerciales. "Las promesas que se hicieron durante la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8, siete países más ricos del mundo más Rusia) no se materializaron en Ginebra", dijo Schwab, que subrayó que "de las negociaciones de anoche no salió un conjunto de acuerdos que pudiéramos presentar al presidente y al Congreso" de EEUU. Por su parte, el secretario de Agricultura de EEUU, Mike Johanns, admitió que "esto es verdaderamente un fracaso, pero no hay que retirar oferta alguna de la mesa. EEUU está comprometido con el sistema multilateral y con la OMC, así como con la eliminación de las distorsiones comerciales".
"Lo menos que puedo decir es que estoy perplejo. La única explicación para esta ruptura tan categórica es que ha faltado la voluntad política", afirmó en una declaración escrita el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim. Agregó que en estos momentos del proceso, "no es suficiente con decir que no gusta lo que hay sobre la mesa de negociaciones, ni tampoco con culpar a los demás ni esconderse bajo nuestros propias circunstancias políticas".
Por su parte, el ministro de Comercio de Japón, Shoichi Nakagawa, se expresó a favor de finalizar con éxito la negociación y mostró la disposición del Gobierno de Tokio para "superar las dificultades y no caer en una ola de pesimismo"