(Libertad Digital) La legislación dice que, para que se le pueda renovar la licencia a una aerolínea, esta tiene que poder hacer frente "en cualquier momento" a las obligaciones que hubiera contraído o pudiera contraer "determinadas con arreglo a criterios realistas, durante un período de venticuatro meses desde el inicio de su explotación". Una exigencia financiera que la compañía incumplía cuando el ministerio de Magdalena Álvarez le otorgó la renovación de su licencia.
La compañía aérea Air Madrid tenía un volumen de fondos propios de 2,4 millones de euros, que eran inferiores a su deuda, que sumaba 15,2 millones. Los recursos propios también eran entonces insuficientes para sufragar los gastos de personal del ejercicio 2005, que habían alcanzado los 3,7 millones en 2004.
Por otro lado, Negocios cuenta que "Air Madrid consiguió del Ministerio de Fomento su licencia para operar en poco tiempo, ya que esta fue constituida como sociedad autónoma el 4 de diciembre de 2003 y realizó su primer vuelo el 30 de mayo de 2004, tan solo seis meses después". En ese momento, revela el diario, "Air Madrid tenía un capital social de 4,5 millones de euros, aunque sólo estaban desembolsados el 30%, es decir, 1,5 millones", lo que fuentes de la compañía citadas por el diario consideran un capital "exiguo" para obtener la licencia. El primer ejercicio, de 2004, se cerró con unas pérdidas de 6,59 millones de euros, que se cubrieron con el 70 por ciento del capital restante y una ampliación de otros 3 millones de euros.
Por otro lado, las cuentas del ejercicio 2005, aunque todavía no se han presentado, podrían revelar una situación comprometida, ya que, según el diario Negocio, "sus auditores, BDO Audiberia, incluyeron una salvedad en la que muestran 'dudas e invertidumbres sobre la viabilidad del negocio' de la compañía". Por otro lado, el diario cita a un portavoz autorizado, que da otra versión, al decir que "el Ministerio de Fomento nos ha sometido a una auténtica asfixia económica".