LD (EFE) Según ha confirmado una portavoz de la Diócesis de Phoenix (Arizona, EEUU), Marcinkus, de 84 años, murió en la noche del lunes en su casa de la localidad de Sun City por causas que no han sido precisadas, aunque según ha afirmado esta portavoz, no gozaba de buena salud últimamente.
El arzobispo era conocido en todo el mundo después de que la justicia italiana le acusara de estar implicado en la quiebra del Banco Ambrosiano en 1986, cuando presidía el Instituto para las Obras Religiosas (IOR), más conocido como "Banco Vaticano".
Sin embargo, el Vaticano le defendió, no accedió a los requerimientos de ciertos jueces de Milán que querían procesarle, ni a los del fiscal del Estado, que dictó orden de captura contra el arzobispo y otros dos dirigentes del Ambrosiano.
Finalmente, el Tribunal Supremo de Italia dio la razón al Vaticano y cerró el caso en junio de 1988, al declarar que el arzobispo no podía ser procesado por la magistratura italiana.
De origen lituano, Marcinkus nació en Cicero (Illinois, EEUU), el 15 de enero de 1922. Pablo VI le nombró secretario del IOR en 1969 y dos años después se convirtió en el presidente de ese organismo que logró salvar el gran déficit de la Santa Sede tras el Concilio Vaticano II (1962-1965).
Paul Marcinkus, como titular del IOR durante 18 años (1971-1989), entabló amistad con altos personajes de la Iglesia y de la vida civil, pero también tuvo que afrontar algunos fracasos. El primero fue la bancarrota del banquero siciliano Michele Sindona, que le costó al Vaticano entre quince y treinta millones de dólares. Poco después se produjo el escándalo del antiguo Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, que apareció ahorcado bajo un puente del Tamesis, en Londres, y supuso otros 244 millones de dólares en pérdidas para el Vaticano.
Sin embargo, el Vaticano le defendió, no accedió a los requerimientos de ciertos jueces de Milán que querían procesarle, ni a los del fiscal del Estado, que dictó orden de captura contra el arzobispo y otros dos dirigentes del Ambrosiano.
Finalmente, el Tribunal Supremo de Italia dio la razón al Vaticano y cerró el caso en junio de 1988, al declarar que el arzobispo no podía ser procesado por la magistratura italiana.
De origen lituano, Marcinkus nació en Cicero (Illinois, EEUU), el 15 de enero de 1922. Pablo VI le nombró secretario del IOR en 1969 y dos años después se convirtió en el presidente de ese organismo que logró salvar el gran déficit de la Santa Sede tras el Concilio Vaticano II (1962-1965).
Paul Marcinkus, como titular del IOR durante 18 años (1971-1989), entabló amistad con altos personajes de la Iglesia y de la vida civil, pero también tuvo que afrontar algunos fracasos. El primero fue la bancarrota del banquero siciliano Michele Sindona, que le costó al Vaticano entre quince y treinta millones de dólares. Poco después se produjo el escándalo del antiguo Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, que apareció ahorcado bajo un puente del Tamesis, en Londres, y supuso otros 244 millones de dólares en pérdidas para el Vaticano.