El pasado mes de enero, el número de parados –después de eliminar el efecto del maquillaje estadístico del Gobierno- ascendía a 4.689.596 personas. Por otro lado, en ese mes el número de beneficiarios de prestaciones por desempleo ascendía a 3.054.761 parados. Unas cifras que arrojan un total de 1.634.835 parados que no recibían en el arranque de 2011 ninguna prestación.
Los datos corresponden al mes de enero, y no al de febrero, porque el ministerio de Trabajo ofrece las estadísticas correspondientes a las prestaciones por desempleo con un mes de retraso. Es decir, en el estudio de febrero publicado este miércoles, encontramos los datos correspondientes a enero.
En esta ocasión el dato es especialmente relevante porque supone un incremento de más de 100.000 parados -101.852 parados más para ser exactos-. El cálculo que hacemos cada mes en Libertad Digital sobre el número de parados sin prestación –que no deja de consistir en quitar al número total de parados, aquellos que fueron beneficiarios de prestaciones por desempleo- arroja una media de 1,5 millones de parados sin prestación desde que estalló la quiebra del mercado laboral en España.
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Si observamos las cifras de enero de 2010 -1.343.771 parados sin prestación- descubrimos que en el último año el número de desempleados que no cobran prestación se ha incrementado en casi 300.000 personas – 291.064 para ser exactos-.
La evolución de dicha crisis puede arrojar algo de luz a la explicación del fuerte incremento experimentado en este arranque de 2011. A continuación podemos observar la evolución del número de desempleados sin prestación en España a lo largo de 2010.
Este dato tiene mucho que ver con el paro de larga duración. Según la última Encuesta de Población Activa –EPA-, el número de parados que perdieron su empleo hace más de un año alcanza la escalofriante cifra de 2,049 millones de parados. Esto quiere decir que casi la mitad del paro total en España es de larga duración. Es decir, que al aumentar el número de parados de larga duración, incrementa la cantidad de parados que agotan su prestación y siguen sin encontrar empleo.
Para tener un esquema panorámico del drama del desempleo en España sólo queda apuntar el número de familias que tienen a todos sus miembros en paro y que según la última EPA superaba los 1,3 millones.