LD (Europa Press) La cita será en el Ministerio de Trabajo, el encargado de liderar esta reforma, aunque en las negociaciones intervendrán también otros Departamentos ministeriales, entre ellos el de Economía y Hacienda.
En la reunión de este lunes se procederá a la constitución formal de la mesa de negociación, que tiene previsto abordar la agenda y el temario. La intención del Ejecutivo es que la reforma laboral esté lista hacia los meses de junio o julio para que pueda tener traslación en los Presupuestos Generales de 2006, aunque desde Trabajo se asegura que los plazos fijados no serán un impedimento para el acuerdo.
Las negociaciones se presentan complicadas
Las negociaciones para la reforma del mercado de trabajo, previstas en la Declaración para el Diálogo Social que sindicatos y empresarios firmaron con José Luis Rodríguez Zapatero el pasado 8 de julio, se presentan complicadas, a tenor de las distintas posiciones que existen en torno a cuestiones como el despido o la demanda empresarial de reducir costes. Aunque los sindicatos "no vetarán" ningún tema de la discusión, su posición de partida es que abaratar los costes del despido no es un elemento central con el que contribuir a la reducción de la temporalidad y al impulso de la contratación indefinida.
Pese a que el temario se decidirá mañana, el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, y el secretario general de Empleo, Valeriano Gómez, ya han avanzado algunas de las cuestiones que formarán parte del debate y han destacado la necesidad de alcanzar un adecuado equilibrio entre la flexibilidad que precisan las empresas y la seguridad de los trabajadores. Entre las cuestiones que han incluido en la negociación se encuentran la regulación de la contratación temporal e indefinida, los estímulos al empleo (bonificaciones), las políticas activas, la conciliación y la igualdad en el mercado de trabajo, la regulación del trabajo autónomo o la Inspección de Trabajo.
El Gobierno, que llevará sus propias propuestas a la mesa, confía en que el acuerdo sea posible y en más de una ocasión ha dicho que legislar en contra de la opinión de sindicatos y empresarios dejaría sin efecto la reforma.
La apertura oficial de la mesa para la reforma laboral se produce mes y medio después de conocerse el informe de la Comisión de Expertos encargada de estudiar las reformas laborales desde 1992 a la actualidad. Aunque dicho informe no es vinculante, el Gobierno lo considera una buena base de partida de cara al inicio de las negociaciones, mientras que los sindicatos quieren que la discusión se centre en las propuestas que efectúen cada una de las partes.
El informe de los expertos concluye que las empresas españolas necesitan un marco laboral "flexible", compatible con los derechos de los trabajadores y que garantice al mismo tiempo la seguridad y la estabilidad en el empleo. En él se advierte de la situación actual del mercado de trabajo es producto de "muchas reformas laborales marginales, a veces contradictorias entre sí", que no han tenido éxito a la hora de restaurar el equilibrio entre flexibilidad y seguridad en el empleo.
Pero tanto CCOO como UGT han alertado de que las soluciones a estos problemas no pasan únicamente por reformar el Estatuto de los Trabajadores, pues requieren también que el Gobierno tome medidas en el campo económico para estimular la productividad.