“Le azuzó en su primera intervención y le noqueó en la réplica”, argumentan los populares, que creen demostrado que su líder -hoy sí, líder- ha destripado los topicazos de la izquierda -como que el PSOE es igual a políticas sociales- y ha presentado una batería de iniciativas que demuestran que el PP es “una verdadera alternativa”.
Estamos, según coincidían destacados diputados, ante un escenario de elecciones anticipadas. “Hoy la situación es igual de grave desde el punto de vista político y económico”, sentenciaban. Sin embargo, el clamor a favor del adelanto electoral sólo se materializó en los pasillos; en ningún caso en la tribuna.
Es el único pero que se le achacaba este miércoles al jefe de la oposición. Sin embargo, los marianistas, más crecidos que nunca, replicaban: “Hay que respetar los tiempos de Mariano”. Y apuntan a una fecha: el Debate sobre el estado de la Nación. “Más de uno se llevará entonces una sorpresa”, sentenciaron. Rosa Díez sí exigió al presidente, por patriotismo, que llamara a los españoles a las urnas.
Segunda idea clave: “no le vamos a dar un cheque en blanco de ninguna de las maneras” al presidente. O en otras palabras: no están dispuestos a apoyar todas las medidas planteadas por el Ejecutivo empezando por la congelación de las pensiones. Antes, arguyen desde Génova -como también Rajoy en su discurso-, hay otros muchos puntos a los que meter la tijera, como por ejemplo las ayudas a los sindicatos.
“Le ha sacado los colores a Zapatero, no sabía dónde meterse, le ha dado el golpe de gracia”, resumía, gráfico, un veterano parlamentario. Otra medida urgente: la supresión de ministerios inservibles, incluyendo en el saco la vicepresidencia tercera.
La radiografía del PP también pasa por la calle. Aunque no las secundarán, no descartan movilizaciones de todos aquellos sectores a los que el Gobierno pone en el punto de mira con los recortes. Como si les hubieran escuchado, un puñado de ciudadanos calentaba el ambiente insultando a ministros y socialistas desde las afueras de las Cortes.
Por todo ello, en el principal partido de la oposición apuestan por una reunión urgente entre Zapatero y Rajoy a fin de alcanzar un plan distinto al propuesto por el Gobierno. No han recibido respuesta. Lo que no puede ser, según enfatizaron, es que se siga marginando al PP: “anoche, llamaron a todos los grupos informándoles del contenido de las medidas, a todos menos a nosotros (…) es una canallada”.
Euforia, eso sí, que poco tardaba en diluirse cual azucarillo. Coincidiendo con el fin del debate, la noticia, avanzada por Libertad Digital horas antes, saltaba a las portadas de todos los digitales: el Tribunal Supremo había decidido reabrir la causa contra el presidente valenciano, Francisco Camps.
Rajoy conocía la decisión firme del Alto Tribual en los pasillos y, tras mantener una breve conversación con su responsable de Comunicación, Esteban González Pons, salía literalmente corriendo sin atender a los medios. Poco después, Pons afirmaba: “El PP de Valencia tiene todo el apoyo del PP nacional”. Ni una sola mención al barón regional.