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El sector eólico quiere más dinero: pide fondos del ICO para expandirse

El sector de la energía eólica quiere más ayudas públicas. A pesar de que no existirían sin el apoyo del Gobierno se quejan, piden acceso a fondos del ICO y “nuevas reglas del juego ya”. Mientras, las familias y empresas pagan las subvenciones a los molinillos.

(Libertad Digital) El déficit de la tarifa eléctrica surge de los costes reconocidos de generación de las compañías eléctricas menores a sus ingresos, y ha crecido desde 2000 hasta generar una deuda de 16.000 millones de euros, de los que quedan por pagar 14.000 millones. El volumen de este déficit es prácticamente igual a las subvenciones dadas a las energías renovables.

Las energías “verdes” son deficitarias, es decir, deben ser subvencionadas para poder implantarlas y en la actualidad las familias y empresas las pagan en sus facturas eléctricas y con el pago de impuestos.

La diferencia entre los costes reconocidos de la generación de energía y los ingresos regulados de las eléctricas se situó entre enero y abril en 803 millones, lo que supone un incremento del 79% con respecto a los 448 millones de desajuste hasta marzo, según la cuarta liquidación provisional del año realizada por la Comisión Nacional de la Energía (CNE).

Como señala el profesor de la Rey Juan Carlos, y director del Observatorio de Coyuntura del Instituto Juan de Mariana, Juan Ramón Rallo, las energías verdes sólo sobreviven en España gracias a la subvención pública de su precio.

“Desde el año 2000, el peso de la energía eólica y solar dentro del sector eléctrico empezó a crecer pese a que el coste de generación de electricidad era muy superior al de las fuentes alternativas. Dicho de otra manera, debido a la presencia de las renovables, España ha estado produciendo electricidad muy cara”, señala el economista.

Pues bien, a pesar de esta ingente cantidad de recursos públicos que se destinan a esta industria, las eólicas quieren más. El presidente de la patronal AEE, José Donoso, quiere que estas empresas puedan obtener fondos del Instituto de Crédito Oficial (ICO) y reclama “nuevas reglas del juego” para esta actividad estén listas cuanto antes para evitar su parálisis.

Abogó por "repotenciar" los emplazamientos ya existentes y que cuentan con "máquinas" antiguas y pidió que la administración apoye la internalización de las compañías eólicas, que ya realizan cerca del 50% de su negocio en el extranjero.

Donoso afirmó que la industria eólica española es referente mundial y advirtió de que ningún país puede ser líder internacional si no cuenta con el respaldo de su nación.

Más dinero para las eólicas

El secretario de Estado de Energía, Pedro Marín, accedió a la petición y dijo que ya trabaja con el sector en el diseño de la nueva regulación. Abogó por hacer una normativa a largo plazo "para evitar cambios de sistemas retributivos cada diez años" para lograr un crecimiento "estable y continuo" de esta actividad y evitar "picos".

"Trabajamos ya en nuevos textos regulatorios" que, una vez superados los objetivos de la actual normativa (20.000 MW), permitan continuar en una senda de crecimiento constante.

Marín destacó que la energía eólica, que ya genera 40.000 empleos y que en pocos años empleará a 60.000 personas, sintoniza con la política del Gobierno de cambio de modelo económico y subrayó que los avances en investigación serán claves para reducir sus costes y mantener su competitividad.

Añadió que la integración de las energías renovables en el sistema eléctrico debe hacerse en paralelo a la liberalización del sector, por lo que en un futuro deberán ser rentables y dejar de recibir subvenciones.

Aunque no hacen falta más inversiones

Pero la encendida apuesta por la energía verde del Gobierno se topa con un problema: hay más megavatios de los que digiere el sistema, ahora con consumos mínimos por la crisis.

La demanda eléctrica del país sigue cayendo a tasas históricas (un 13,4% interanual en abril, según datos de Red Eléctrica, el operador del sistema). De repente, el sector eléctrico, que tradicionalmente siempre ha tenido miedo a no dar abasto a cubrir la demanda de luz, se encuentra ahora justo con el problema contrario: exceso de generación.

Especialmente significativo es el efecto en las horas valle (las de menos consumo, sobre todo de madrugada). Hace un año, en esas horas, se necesitaban más de 23.000 megavatios (MW) de potencia para abastecer al país. Ahora sobra con 20.000 MW.

¿Qué pasará cuando haya el doble, si sigue la tendencia actual? Para algunos, resulta incoherente el discurso verde que pregona el Gobierno sin sentar previamente las bases para tener funcionando esas tecnologías con eficiencia y al 100%, tal como reverla el diario Expansión.

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