El rescate del carbón encarecerá el recibo de la luz en 4.700 millones

Ya hay cifras encima de la mesa. La industria del carbón nacional, deficitaria desde hace años, ha sufrido con mayor intensidad el azote de la crisis económica. Grandes eléctricas como Endesa y Unión Fenosa dejaron de comprar carbón nacional por su escasa competitividad y por la ralentización de la actividad de las centrales térmicas, a raíz de la caída de demanda de luz en España.

El Gobierno, con el ministro de Industria a la cabeza, Miguel Sebastián, ha ideado un plan para rescatar al sector. El Ejecutivo prepara la aprobación inminente de un Real Decreto, por vía de urgencia.

Tal y como publica este lunes Miguel Ángel Patiño en el diario Expansión, la idea es sencilla. En esencia, consiste en obligar a las centrales térmicas a comprar carbón nacional, ahora fuera de mercado por falta de competitividad.

Así, bajo la excusa de que el carbón español es un sector "estratégico", el Real Decreto crea el armazón normativo para que nueve centrales de carbón nacional puedan funcionar. Lo harán, de forma prioritaria, cobrando un precio tasado por cada megavatio hora (MWh) de luz producido, independientemente de que en el mercado mayorista (pool) existan otros precios más bajos, con otras tecnologías. Las centrales (son esas nueve por su proximidad a centros mineros), pertenecen a Endesa, Iberdrola, Gas Natural-Fenosa, HC Energía y E.ON. El precio oscilará entre 47 y 63 euros.

La media aritmética es 57,33 euros, lo que supone un sobrecoste de más del 60% con respecto al mercado mayorista en estos momentos. Cada central tendrá un cupo máximo de producción que, en total, suman en torno a 27 millones de MWh. Es un 10% de toda la demanda eléctrica en España. El sistema se extenderá durante tres ejercicios, hasta 2012.

Teniendo en cuenta precios y cupos, el coste total será de 1.550 millones al año. Es decir, 4.650 millones de euros hasta 2012, sin incluir la actualización prevista (incrementos anuales del 2% en el precio por MWh).

Como cualquier otro gasto en generación eléctrica, éste irá a parar a la cesta de costes del sistema eléctrico, el punto de partida para fijar las tarifas que pagan los usuarios. Es decir, con tal de salvar a un sector no competitivo y en declive, el Gobierno encarecerá la factura de la luz que pagan los usuarios (particulares y empresas).