Rescatar el sistema financiero con dinero público cuesta dinero. Mucho dinero, a la vista del balance del Plan Paulson hasta el pasado junio, según el último informe elaborado al respecto por la Oficina Presupuestario del Congreso de los EEUU (CBO).
Tras ocho meses en funcionamiento, el plan ideado por el ex secretario del Tesoro, Henry Paulson, ha asignado un total de 369.000 millones de dólares a través de sus distintos programas de rescate: compra y amortización de capital de instituciones financieras; apoyo financiero adicional para los grandes bancos del país; préstamos y subvenciones a las grandes compañías automovilísticas (General Motors y Chrysler) y a empresas del sector de la automoción; refinanciación de hipotecas para evitar embargos, compra de valores y acciones preferentes...
El informe destaca que las transacciones realizadas a través del TARP han supuesto, hasta el momento, un coste de 159.000 millones de dólares a los contribuyentes de EEUU -casi el 43% de los fondos asignados-. Mientras, si se descuenta la devolución de dinero público a la que se han comprometido los 10 grandes bancos del país -unos 70.000 millones de dólares-, la "tasa de subsidio" que ha otorgado el Plan Paulson cae hasta el 36%, según la Oficina Presupuestaria.
Las pérdidas se obtienen calculando la diferencia existente entre los fondos comprometidos por el Tesoro y el valor real (de mercado) de las acciones, créditos y garantías asumidas.
El Plan Paulson fue aprobado en octubre de 2008 con el fin de comprar los activos tóxicos que acumulaban las entidades financieras estadounidenses. El Congreso de EEUU aprobó el TRAP, dotándolo con unos fondos totales de 700.000 millones de dólares.
Sin embargo, con el paso del tiempo, esta herramienta se ha desviado de su objetivo inicial, ya que el dinero público ha sido empleado por el Tesoro (Gobierno de EEUU) para entrar en el capital de bancos, aseguradoras y empresas, así como para conceder préstamos y ayudas a los hipotecados y al sector de la automoción.
El pasado diciembre, el coste del TARP para los contribuyentes norteamericanos ascendía a 78.000 millones de dólares, tal y como avanzó LD. Desde entonces, la factura prácticamente se ha duplicado según han ido aumentando las ayudas financieras a la banca del país.
Según el informe del CBO, 410 entidades financieras han recibido dinero del TARP desde el pasado diciembre, y un total de 623 desde que se puso en marcha el plan de rescate bancario en EEUU.
Las estimaciones oficiales destacan que la inyección de dinero público a la aseguradora de créditos AIG, las ayudas a las empresas de la automoción y el programa para evitar embargos hipotecarios concentran el mayor porcentaje de subsidios públicos, con un 50%, 73% y 100%, respectivamente, según muestra la siguiente tabla: