LD (Agencias) Cansado de las numerosas reivindicaciones procedentes fundamentalmente desde Alemania, Juncker recordó que aún "tenemos la opción de no reformar el Pacto. Y no yo la excluyo". Así se despachó el primer ministro luxemburgués y presidente de turno de la UE al término de la reunión del Ecofin celebrada este martes en Bruselas y dedicada fundamentalmente a la reforma del instrumento de control de la disciplina fiscal de los Estados miembros.
El principal motivo de debate es el conjunto de nuevos factores que se tendrían en cuenta a la hora de evaluar la disciplina fiscal de un Estado miembro, y en particular, aquellos que podrían atenuar el juicio a los países que superen el límite del 3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) para el déficit público.
Juncker apuntó que algunas peticiones de flexibilidad formuladas por ciertos Estados miembros van demasiado lejos. "Yo quiero evitar una reforma del Pacto que amenace la estabilidad y la credibilidad de la moneda común. Otros quieren llevar la flexibilidad hasta el último rincón imaginable", explicó el luxemburgués. En este sentido, añadió que la petición de Berlín de que se tenga el cuenta explícitamente el coste de la reunificación alemana a la hora de juzgar la situación de sus cuentas públicas "es difícil de aceptar por un número de Estados miembros", pero precisó que "no es el único problema".
Por su parte, el comisario de Economía de la UE, Joaquín Almunia, advirtió de que la reforma del Pacto deberá seguir garantizando que toda vulneración del límite del 3 por ciento es "temporal, excepcional y no muy alejada del valor de referencia". "La Comisión Europea no está en disposición de avalar disposiciones en contra del Tratado", subrayó Almunia.
Además, el vicepresidente español y ministro de Economía, Pedro Solbes, ha advertido de que el nuevo Pacto que negocian los Veinticinco "ha perdido cierto automatismo" y ello puede permitir que los países con déficit no sean tratados por igual.